Por: Gilberto Abril Rojas* / Miembro de Número de la Academia Colombiana de la Lengua
Don Gustavo Torres Herrera, director de la Academia Boyacense de la Lengua, presenta su nuevo trabajo literario “Tucán semilla del hombre del Orinoco” con el que continúa su saga de historias que dio a conocer en “Crisóstomo nacimiento de un mito”.
La versátil prosa poética del autor nos lleva por el mundo del Orinoco, y bajo un marco histórico, transporta por los espacios de su particular creación literaria, de la que podemos decir también, constituye un estudio sociocultural de una región maravillosa que nos atrapa con sus renglones.
La obra cuenta con el prólogo de un verdadero crítico de la palabra, la voz autorizada de don Bogdan Piotrowski, Coordinador de la Comisión de Literatura de la Academia Colombiana de la Lengua, quien en algunos de sus apartes señala “es un libro que remonta a los comienzos de la naciente sociedad americana y una nueva cultura en que se fusionan la riqueza ancestral de los nativos con los aportes de la tradición europea.
Gustavo Torres Herrera penetra tanto en las llanuras de la Orinoquia como en los momentos de las primeras relaciones entre los españoles y los aborígenes. Tucán es la encarnación del mestizaje y el protagonista de la convivencia natural que se extiende a través de generaciones. Es un nuevo hombre que anuncia una nueva cultura y que va desarrollando también su prole.
El autor demuestra su gran pericia de la geografía del espacio narrado, logrando una ficción en que el espacio y el tiempo conforman una unidad estética sólida. Muchas son, igualmente, las alusiones a los viajes de Colón y las exploraciones posteriores con que el escritor aspira a reafirmar el paréntesis temporal de la novela. De esta manera, la musa Clío parece favorecer generosamente el libro Tucán. Semilla del hombre del Orinoco”
Tucán cuenta historias por el territorio del jaguar y el río de la serpiente. Un recorrido por el paraíso del Orinoco, sus historias en compañía de Crisóstomo un loco enamorado y de Honorio que carga sus pesares en la conciencia, unidos a los fieles remeros Yavimay y Yaguidua, en una aventura donde el hijo de Gauta Pirodri y Garza Morena sembró raíces entre los Waraos.
Además, es una maravillosa personificación de estados de ánimo y de fenómenos naturales que dan fuerza la creación literaria de Gustavo Torres Herrera, que culmina con una entrañable reseña del llano viejo.
Esta novela con particular éxito en la reciente Filbo, enriquece el pensamiento y producción de otros textos tan característico entre los miembros de la Academia Boyacense de la Lengua, empieza a sumar muchos lectores, tanto como reconocimientos en diferentes espacios culturales y de crítica literaria.
¡Que viva la palabra!… Boyacá tierra de escritores.