TRINIDAD, MATEPALMA Y LA VORÁGINE
En el marco del Primer Festival de Arte de Verano, llevado a cabo en la ciudad de Villavicencio los días 15, 16, 17 y 18 de febrero y organizado por el colectivo de artistas llaneros, en cabeza del periodista Jorge Enrique Herrera Pulido, el escritor y poeta Casanareño Delfín Rivera Salcedo, ante un selecto auditorio en el antiguo colegio de la Sabiduría en Villavicencio, el día viernes 16 de febrero disertó sobre el contexto territorial de la primera parte de la novela La Vorágine que este año cumple el primer centenario de su publicación.
Después de rememorar la historia de Trinidad, Casanare que a propósito este año cumple 300 años de su fundación por el jesuita Juan Rivero, ocurrida el 4 de octubre de 1724, y de ubicar los límites del territorio triniteño para la época en que estuvo José Eustasio Rivera en esa parroquia motivado por el pleito de la herencia de Matepalma, instruyó a los asistentes sobre los sitios geográficos, fundaciones, apellidos y faenas llaneras descritas por Rivera en la primer parte de la novela y que identifican el territorio de dicho municipio.
Con ello el escritor casanareño demostró a los asistentes que una gran parte del contexto territorial de la primera parte de la novela se da en la patria del héroe Ramón Nonato Pérez, es decir en Trinidad y que las faenas llaneras descritas por José Eustasio solo pudo vivirlas en el desarrollo de la elaboración de los inventarios ganaderos del hato Mata de Palma (Hato Grande en la novela).
Con mapas de su autoría y textos de la novela (edición círculo de lectores 1984), Rivera Salcedo ubicó las fundaciones de Matanegra (pág. 92), La vega del Pauto (pág. 92), La Maporita (pág. 28, 96), San Emigdio (pág. 120) y los caños Guachiría (pág. 108), Yaguarapo (pág. 121) y Guanapalo (pág. 39), etc., demostrando con ello que es en el municipio de la Trinidad del Pauto donde se desenvuelve la trama novelesca.
Finalmente convocó a la concurrencia para aprovechar el centenario de La Vorágine para profundizar en el estudio de la llaneridad, de la ganadería, del hato, de las guajibiadas y de la corrupción de la justicia, descritas en la novela de Rivera Salas, ya que las denuncias del genocidio indígena de la explotación cauchera ha invisibilizado la participación de los llaneros en la novela.
El poeta remató su intervención con la siguiente estrofa del himno de Trinidad:
En Matepalma nació La vorágine
y Manuel Pacho querencia y crisol
es mi tierra nobleza y coraje
legión toda bañada de sol.
