Preocupante cifra de inseguridad
Por FLORENTINO ACHAGUA
Analista Social
La presión delincuencial contra los ciudadanos de Yopal ha terminado en el extremo como ciudadanos de tener que reaccionar haciendo uso de la fuerza y la “justicia” por nuestras propias manos, por la dificultad en cumplir la promesa de seguridad que se ha convertido en una cruz difícil de cargar y de cumplir.
Al revisar el comportamiento de las tasas por hurto a personas por cada cien mil habitantes en las tres principales capitales de la Orinoquia del 2019 al 2022 se puede observar que el comportamiento de este delito es superior frente a la nación en dos de las capitales llaneras.
Villavicencio presenta las tasas más altas en los años 2019, 2020 y 2021 y en segundo lugar Yopal; ya en el 2022, la capital casanareña se ubica en el primer lugar, segundo Villavicencio, la Nación se ubica en tercer lugar, la capital araucana presenta una tasa inferior y por debajo de las anteriores y se ubica en cuarto puesto.
Para el año 2022 Yopal presenta un incremento en el número de casos del 71,8%, que puede ser por un incremento del evento por falta de respuesta de la autoridad local.
El pueblo no aguanta más, está harto de la delincuencia que cada día pasea por las calles y la culpa es “de la vaca”: la policía captura, la Fiscalía aporta las pruebas y los jueces, suelta a los delincuentes por malos procedimientos porque a juicio del togado de turno no hay mérito para que el bandido vaya a la cárcel.
Un informe de la Revista Semana de octubre 2 de 2017 indica que “En Colombia la mayoría de los delincuentes no van a la cárcel”.
Durante 2016 la Policía capturó en todo el país, a 207.728 delincuentes en flagrancia, es decir, cuando estaban cometiendo algún delito. Y arrestó a otros 37.800 por cuenta de investigaciones y órdenes judiciales, para un total de 245.528. Sin embargo, los jueces solo enviaron a menos de 10.000 a la cárcel y a otros 3.000 les concedieron detención domiciliaria. O sea, menos del 20% de los capturados terminaron en la cárcel.
Todos los demás salieron libres.
“Parte de lo que está ocurriendo se debe a las modificaciones que se hicieron al Código Penal y al Código Penitenciario debido a la grave situación de hacinamiento”, explicó un miembro de Asonal Judicial, la asociación de empleados y funcionarios de la Rama Judicial.
Si el código penal no funciona porque el honorable Congreso no ha legislado al respecto para endurecer las penas a estos peligrosos bandidos que deambulan por las calles no solo de Yopal sino de el país, es hora de trabajar señores congresistas de mostrar resultados y que brillen con luz propia por iniciativas que garanticen la seguridad ciudadana no solo de los casanareños sino de los colombianos.
Al señor presidente Petro: fue urgente la reforma tributaria, la reforma rural y agropecuaria, salud y la reforma política. ¿Mi pregunta es? ¿qué tan importante es la reforma del código penal? En la que se garantice la tranquilidad a los colombianos.
Formulemos leyes para Colombia con gente que viva en el país, no con Yupis que vienen de vivir en Europa y USA y piensan que estamos viviendo en el país de las maravillas de Alicia, Aquí se necesitan leyes duras y contundentes que protejan al ciudadano de a pie a esas personas que día a día se levanta a construir este país a punta de trabajo y esfuerzo.
La invitación a los yopaleños a no bajar la guardia a no doblegarnos ante la delincuencia a ser solidarios con nuestros vecinos, con los conciudadanos y si el “palo-terapia” funciona continuemos, somos un pueblo trabajador y dos o tres bandidos no nos van a someter.
