En la mitad de las sabanas del Casanare, tres hatos se unieron y conformaron una gran reserva natural de 9.000 hectáreas, las cuales, con el apoyo de diversos organismos del Estado y privados, se han convertido en uno de los sitios más llamativos, especialmente para el turismo internacional que quiere naturaleza pura y conocer de la cultura llanera.
En menos de un año de creada, la reserva de El Encanto de Guanapalo ya ha recibido 900 turistas, la mayoría internacionales.
En la zona, incluso, se instalaron carpas africanas de lujo (gampling), a las que se accede en helicóptero y que cuentan con mayordomo, chef y mucamas.
Una princesa de Catar, que obviamente llegó en un vuelo privado, ha sido una de sus visitantes. Claro que los hatos también tienen sus respectivas casas con habitaciones para el turismo.