En medio del panorama político colombiano rumbo a las elecciones presidenciales de 2026, comienzan a perfilarse posibles aspirantes que, aunque no ostentan títulos universitarios, cuentan con una amplia trayectoria política y un importante reconocimiento en la opinión pública. Se trata de María José Pizarro, Gustavo Bolívar y Josué Alirio Barrera, figuras que han demostrado que la legitimidad democrática no depende exclusivamente de un cartón profesional.
María José Pizarro, actual senadora de la República e hija del recordado líder del M-19, Carlos Pizarro Leongómez, ha ganado notoriedad por su papel en la defensa de los derechos humanos y su liderazgo en causas sociales. Aunque no tiene título profesional, se ha desempeñado como artista plástica y su voz ha sido clave en debates nacionales y ha sabido representar a un amplio sector de la sociedad.

Gustavo Bolívar, escritor, periodista y exsenador, se ha posicionado como uno de los voceros más visibles del progresismo en el país. Su paso por el Congreso estuvo marcado por fuertes denuncias de corrupción y por una agenda social que sigue resonando en las bases del Pacto Histórico. Su falta de formación universitaria no ha impedido que conecte con sectores populares que valoran más la coherencia y el compromiso que los títulos académicos.

Por su parte, Alirio Barrera, actual senador y exgobernador de Casanare, ha sido una de las revelaciones del Centro Democrático. Reconocido por su origen campesino y por gobernar a caballo, Barrera ha conectado con sectores rurales y conservadores que lo ven como una figura cercana y auténtica. A pesar de no tener título universitario, su experiencia de gobierno y su arraigo popular lo han catapultado como una de las cartas fuertes del uribismo para las próximas elecciones presidenciales.

Este fenómeno no es exclusivo de Colombia. En distintas partes del mundo, figuras sin formación universitaria han alcanzado las más altas dignidades del poder, respaldadas por el voto ciudadano y por la legitimidad que otorgan los resultados y la conexión directa con la gente. Algunos ejemplos históricos y contemporáneos lo confirman:
- Abraham Lincoln, presidente de EE.UU., nunca asistió a la universidad, pero es considerado uno de los líderes más grandes de la historia.
- Luiz Inácio Lula da Silva, actual presidente de Brasil, fue obrero metalúrgico y sindicalista sin título universitario.
- Evo Morales, expresidente de Bolivia, emergió de los movimientos cocaleros sin haber culminado estudios superiores.
- Joseph Kabila, quien asumió la presidencia del Congo a los 29 años, no tenía formación profesional al momento de su elección.
- Hugo Chávez, en Venezuela, tenía formación militar, pero no un título universitario tradicional.
En tiempos donde la experiencia de vida, la autenticidad y la conexión con las necesidades del pueblo pesan más que nunca, los títulos académicos ya no son un requisito determinante para aspirar a la Presidencia. Colombia podría estar próxima a tener, por primera vez, un jefe de Estado sin título universitario, pero con una profunda legitimidad política y popular.

Análisis por: #SapoAnalista
