Un reciente documento técnico emitido por el ingeniero civil y especialista en estructuras Fredy del C. Chocontá Salazar ha desatado un necesario debate sobre la práctica de utilizar tubería petrolera desechada o reutilizada en la construcción de puentes vehiculares en Colombia, especialmente en regiones como Casanare. El concepto, fechado el 31 de enero de 2024, realiza un análisis riguroso sobre los riesgos estructurales, normativos y de durabilidad que conlleva esta práctica, a menudo impulsada por intereses económicos a corto plazo, pero con profundas consecuencias para la seguridad pública.
Normativa clara, prácticas dudosas
La normativa vigente, específicamente el Código Colombiano de Diseño de Puentes (LRFD – CCP-14), establece que los puentes vehiculares deben diseñarse con una vida útil de al menos 75 años. Esta especificación incluye criterios estrictos sobre la seguridad estructural, los materiales a emplear y los procedimientos de soldadura. Sin embargo, según el ingeniero Chocontá, el uso de tuberías petroleras usadas no puede cumplir con estas exigencias por varias razones técnicas y de control de calidad.
“No se puede contar con certificados de calidad de los lotes de materiales desechados por la industria petrolera”, afirma el ingeniero. “Estos materiales no se pueden identificar fácilmente y suelen presentar residuos internos que deterioran la resistencia del acero”.
Fallas estructurales documentadas
El documento cita experiencias previas en Casanare, donde estructuras construidas con tubería petrolera han demostrado deficiencias estructurales desde su fase inicial, requiriendo apuntalamientos costosos y generando problemas en zonas con empozamientos de agua. Muchos de estos puentes han sido objeto de estudios patológicos que concluyen en la necesidad de su reemplazo completo.
“Sin certificados de calidad, es imposible garantizar la estabilidad de la obra, lo que imposibilita la suscripción de pólizas de garantía”, advierte Chocontá, enfatizando el riesgo financiero y legal para contratistas, diseñadores y usuarios.
Riesgos en soldadura y corrosión
Otro de los puntos críticos abordados es la soldadura. El uso de tuberías que no cumplen con las normas ASTM o AASHTO impide aplicar procedimientos certificados de soldadura, esenciales para la integridad estructural. Además, las propiedades de resistencia a la corrosión de estas tuberías recicladas son inciertas o insuficientes para estructuras expuestas a condiciones ambientales agresivas, como puentes.
Una postura firme por la seguridad
En su conclusión, el experto hace un llamado técnico y ético a evitar esta práctica. “Mi concepto técnico personal y profesional se enfoca a que los puentes en tubería se diseñen y construyan con apego completo a la normatividad vigente”, señala Chocontá. Advierte que el uso de materiales desechados no solo va en contra del CCP-14, sino que compromete directamente la vida útil y la seguridad de los usuarios.
Un mensaje a los responsables de la infraestructura
Este concepto técnico se convierte en un llamado de atención para entidades gubernamentales, entes de control, aseguradoras y contratistas. Si bien el uso de materiales reciclados podría parecer una solución económica en el corto plazo, el costo social, estructural y económico de los fallos en infraestructura es infinitamente mayor.
La discusión sobre la calidad y seguridad de nuestras obras civiles debe trascender lo económico para centrarse en la vida útil, durabilidad y protección de los ciudadanos. El pronunciamiento de Chocontá es una oportunidad para revisar prácticas vigentes y fortalecer los estándares de calidad en la construcción de puentes en Colombia.
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