Larga travesía emprenden rescatistas de Maní.
Un extenso recorrido, de centenares de kilómetros, emprendió en la mañana de este viernes una comisión del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Maní, con destino a los inciertos territorios de una llanura cobijada por el agua.
Ahora, en la distancia donde tradicionalmente se ve a la llanura en su encuentro con el sol, se aprecia una infinita mancha de agua de ríos desbordados, sobre los extensos territorios de veredas como La Poyata, El Guamal o Limonal, cubiertas por las aguas del Cusiana.
Hacia esos puntos, en una travesía de centenares de kilómetros, la brigada de rescatistas comenzó el desplazamiento para levantar un censo de damnificados y programar el envío de las ayudas.
“Son más de cuatro o cinco horas de navegación, hasta encontrar y determinar la situación de los damnificados”, dijo Fernanda Arévalo, comandante de los bomberos municipales.
El incremento de las aguas del principal afluente del municipio, el río Cusiana, es evidente incluso a su paso por el casco urbano de la localidad, donde el malecón construido en su ribera se encuentra a un alto nivel.
