Colombia se encuentra en un momento decisivo en su relación comercial y diplomática con Estados Unidos, en medio de la inminente expiración de la prórroga de un arancel del 10 % impuesto por el expresidente Donald Trump.
- La prórroga vence el 1° de agosto, y aunque los hidrocarburos fueron eximidos, otras exportaciones siguen gravadas, afectando cerca del 30 % de las ventas colombianas a EE. UU.
- Bogotá solicitó formalmente una exención, pero hasta ahora no ha presentado una estrategia sólida, a diferencia de países como Ecuador y Argentina, que han mostrado mayor proactividad
- Mientras tanto, la tensión diplomática crece: EE. UU. convocó a su encargado de negocios en Bogotá, y el gobierno colombiano devolvió la jugada, justo cuando Colombia ingresó al banco BRICS —situación que Trump amenazó con gravar aún más
Según gremios, como la ANDI, la falta de acción firme podría poner en riesgo sectores estratégicos como aguacates, flores y bienes manufacturados, los cuales compiten con productos mexicanos exentos de aranceles.
Además, la relación bilateral se enfría justo cuando se deben negociar temas clave como migración, extradición y energía.
¿Por qué es crítico?
Porque Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones colombianas. Cualquier escalada arancelaria o bloqueo en las negociaciones puede afectar no solo los negocios, sino también la estabilidad de empleos rurales y urbanos.
