Muchas fueron las «jugaditas» que se evidenciaron durante el proceso de elección de 2o Vicepresidente del Concejo de Yopal y que el sábado 19 de julio terminó con la elección del demandado concejal Andersson Carrillo del Partido de la U, en dicha posición, luego de la polémica que se suscitó con el trámite de una recusación interpuesta contra uno de los concejales durante la sesión.
La elección de Carrillo (para una posición que ocupará a partir del 1o de enero próximo) fue un capítulo más en el forcejeo político que se desató desde la rebelión de minorías que significó este proceso anticipado de renovación de la mesa directiva y que se tradujo en la pérdida de control del Ejecutivo en posiciones clave al interior de la Corporación.
Luego de la inesperada elección de Andrés Dainover Rodríguez (Partido ASI) como presidente, quedó pendiente la elección de vicepresidencias de las cuales el proceso de escogencia del primer vicepresidente (cargo reservado para los partidos de oposición) fue aplazada hasta el 30 de julio.
ACCIDENTADA ELECCIÓN
Decidido esto, el Concejo se embarcó en la elección de 2o Vicepresidente, la cual estuvo matizada por una recusación que vía whatsapp y correo electrónico radicó el ciudadano Oromairo Abella en contra del concejal Reinaldo Medina Ángel, alegando «interés indebido» de este corporado en la elección por lo que se tuvo que acudir a la Comisión de Ética para resolver dicho impase.
Uno de los momentos álgidos fue el instante en que se notificó la radicación del documento cuya lectura pretendió ser negada con el argumento de que no se encontraba en el «orden del día» aprobado por los concejales, argumento que fue rebatido y luego de votación de proposición se admitió la lectura de la recusación que fue radicada en físico poco después de las 10 a.m. de ese sábado, estando la sesión en curso.
Y fue precisamente ese el «Florero de Llorente» pues al concejal que reclamó dar curso al documento (Leonardo Infante) se le señaló de conocer previamente la recusación por lo cual recibió una fuerte reprimenda.

Sin embargo, tanto el presidente Angello Castellanos como el concejal Mauricio Rozo ocultaron hábilmente y para evitarse regaños, el hecho de que también conocieron (previo a la exposición de la recusación en plenaria) de la existencia de la misma, tal como lo reflejan las copias de whatsapp reveladas a EL NUEVO ORIENTE por quien interpuso la acción.
¿Por qué se dio ese gesto de deslealtad hacia Infante por parte de los otros dos corporados que también conocieron la recusación y luego se hicieron «los de las gafas» ante los airados reclamos del resto de concejales sobre una revelación previa del documento a algunos de los corporados…?
Lo cierto del caso es que la sesión de la Comisión de Ética que finalmente resolvió la recusación y admitió la participación del concejal recusado también podría significar una potencial demanda al acto posterior de elección ya que según Abella «la comisión de ética resolvió de fondo la recusacion y expidió una resolución de manera absurda pues la competencia es exclusiva de la plenaria y en caso de no acoger la recusacion la debe remitir al Procurador para que resuelva de fondo según el Artículo 12 de la ley 1437 de 2011».
«Dicha Comisión debió aremitir un informe a la plenaria para que esta decidiera…», agregó.
Lo cierto del caso es que luego de superar con esta maniobra el capítulo de recusaciones, el Concejo Municipal procedió con la votación del segundo vicepresidente de la mesa directiva para el año 2026 para la cual se presentaron dos postulaciones: la candidatura del concejal Osiel Ortiz, propuesto por Felipe Becerra y la de Anderson Carrillo quien con 16 votos a favor fue electo como segundo vicepresidente del Concejo.
Así quedó constituida una más de las «jugaditas» en el Concejo, donde a Osiel Ortiz nuevamente sus «colegas» de curul vuelben a darle la espalda.
