«ÉL SE FUE PARA UCRANIA Y AHÍ EMPEZÓ MI PESADILLA», DICE REGIOMONTUNA QUE PERDIÓ A SU ESPOSO EN DICHA GUERRA

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Una entrevista del periodista Nelson Barreto en Monterrey puso en evidencia un drama silencioso de decenas de casanareños con familiares cercanos que combaten en la guerra de Ucrania y alguno de los cuales han muerto en dichos combates.

Es el caso de una mujer regiomontuna (Ximena Ávila) quien cuenta la experiencia que vivió luego de la muerte de su esposo en dicho conflicto.

Una mujer que hoy con su hijo o sus hijos sufre la ausencia de un papá en este caso de Manuel Antonio Parrado, conocido popularmente como «Gongo» cuya muerte le fue notificada el 20 de septiembre mediante llamada telefónica desde Ucrania.

«Yo soy auxiliar de enfermería y trabajo en el hogar San Jorge, trabajé también como profesora un tiempito, pero me dedico más ahorita a lo de la salud», dijo la mujer sobre sus ocupaciones.

Relató que ese 20 de septiembre recibió una llamada de alguien que le dijo;: «señora, tanto una lama noticia su esposo cayó en combate, no pudo salir de la misión», yo pregunté cómo fue eso y me dijeron que él tenía que ir a una zona roja a hacer, no sé, lo que entienden ellos y prácticamente un misil le cogió su cuerpo, de la mitad a abajo, o sea, le explotó. Él murió de, o sea, de una, sin poder hablar, sin poder decir algo… Es muy difícil para mí volver a recordar esto y contarlo, de verdad».

Desde entonces ha vivido un viacrucis porque nadie del gobierno ucraniano le responde… «hasta el momento diría que no me han respondido nada, he intentado hablar como escribir, escribir, escribir, no me responden» por lo que un grupo de las mismas familias que han sido víctimas hicieron un grupo y por medio de ese grupo están ayudándose el uno al otro.

La mujer recordó que sobre el viaje a Ucrania de su difunto esposo «hace dos años él dijo como que la situación estaba muy difícil y no encontraba trabajo fijo y con la preocupación de que yo quedé en embarazo en el 2024, en agosto, y por eso él pensaba más y más, y pues tengo dos hijos más… Yo tenía cuatro meses de embarazo y él me dijo, mi amor, voy a irme para Australia. Y le dije, no amor, no te vas a ir, nosotros podemos salir adelante acá…»

Sin embargo, Manuel Antonio no encontró trabajo y aunque él siguió buscando no encontró trabajo, nació el bebé y como al mes de nacido un día anunció viaje para Australia… «yo lo retuve, le cerré la puerta, le eché candado y le hice perder un viaje… entonces me dijo voy para una finca a trabajar, amor, ya no me fui, pues me voy para una finca a trabajar, a ayudarle a un pana. Y yo pues le creí porque sacó una poquita ropa y dijo me voy en lamoto y él se fue», según recordó en el relato.

«Muy a las ocho y media de la mañana, del día 2 de junio, entró una llamada, no sé de quién porque él no me dejó ver. Dijo que se iba me dijo, amor, dejé la moto donde mi hermana, ella se la va a llevar. Y yo voy para Bogotá y de ahí cojo para Ucrania. La verdad, desde ahí empezó mi pesadilla…»

La mujer recuerda que mantenía en constante oración y hablaban casi a diario «hasta que un día me llama y me dijo, amor, voy a misión nuevamente. Yo le dije que no fuera. Le dije varias veces y él no quiso obedecer. Y esas fueron las últimas palabras que me dijo…».

Aunque la promesa era que el joven combatiente iba a recibir «mucha plata», tal parece que no fue cierto.

«Aunque supuestamente le ofreciron $18 millones mensuales, allá se enteró de la verdad: me dijo, ‘mi amor, esto no era como yo lo esperaba»… El primer mes empezó con un entrenamiento y no le pagaron sino dos millones de pesos y él mandó un millón para pagar el arriendo, las cosas del bebé y eso… Al segundo mes le dieron como dos y medio porque le dijeron que le cobraban todo lo del viaje cuando él se fue…», relató Ávila.

Ya al tercer mes que se fue «a la misión» cuando le iban a pagar supuestamente $11 millones, él se fue y ya no volvió…

Sobre las consecuencias que ahora está enfrentando la mujer dice que «yo les voy a hablar desde el corazón… hay adolescentes, muchachos, adultos que por un lado piensan que porque les gusta eso se quieren ir… otros lo hacen por la necesidad de un trabajo… pero yo los invito a esas personas que no vayan a una guerra que no les pertenece… acá quedan sufriendo sus familias y cuando ya no vuelven queda es un sentimiento que nunca se quita…».

Según versiones extraoficiales sobre la presencia de colombianos combatiendo en Ucrania, se estima que al menos unos 25 o 30 casanareños estarían en dichas condiciones.

*Entrevista del periodista NELSON BENJAMÍN BARRETO de Monterrey, autorizada para su uso para EL NUEVO ORIENTE»

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