Pasaron tres años casi exactos para que la tragedia de la violencia volviera a tocar las puertas de los Tumay Ortega.
El 2 de abril de 2022 sufrieron la muerte (aún no esclarecida) de uno de sus hijos, Aries Alaín, asesinado en un predio rural de Yopal hasta donde llegó un desconocido que lo acribilló de cinco balazos.
Hoy viven un nuevo dolor, luego de que este viernes 4 de abril recibieran la fatal noticia de una nueva tragedia en su familia: el hallazgo sin vida en aguas del río Cusiana (comprensión municipal de Maní) de Darwin Tumay Ortega, hermano de Aries Alaín, cuya muerte también se atribuye a causas violentas por las lesiones que presentaba su cadáver.
Aunque habitualmente residía con su familia en el barrio Bosques de San Martín, sector general de Llano Lindo, en Yopal, los rumores dicen que a Darwin un amigo lo había convidado a territorio maniceño a engancharse laboralmente en una palmera de la zona.
Era un muchacho trabajador que se le medía «a lo que fuera» y por la responsabilidad de una pequeña hija luego de salir del Ejército trabajaba en construcción y alguna vez en la dura labor como obrero de palmicultoras por lo que a su familia no se le hizo extraño que emprendiera viaje hacia Maní para engancharse con una de esas empresas.
Lo que nunca esperaba su familia era recibir la trágica noticia de que el viernes pasado, sobre las 2:30 de la tarde vecinos de un sector ribereño del río Cusiana informaran del avistamiento de un cadáver que horas después fue recuperado por una comisión de Bomberos y posteriormente se determinó que correspondía a la identidad de Darwin Tumay Ortega.
El cadáver registraba una profunda herida en el área del abdomen y una fuerte conmoción a la altura de la cara, en el área de su ojo izquierdo.
Según versiones extraoficiales, un hombre de 33 años y de quien no se tienen noticias, Cloromiro Silva Oropeza, habría acompañado al infortunado joven a su travesía hacia Maní.

FOTO: DE ARCHIVO, Darwin (izquierda) y su hermano, Ariel Alaín, ambos fallecidos por causas violentas.
LA TRAGEDIA DE ABRIL DE 2022
La muerte de Darwin revivió el dolor que este mismo mes, pero tres años atrás, causó en la familia el homicidio de su hermano, Ariel Alaín a quien un pistolero nunca identificado abordó el sábado 2 de abril en la Finca Malabares, de la vereda La Porfía, y le propinó cinco balazos, causándole la muerte de forma inmediata.
Ese día el hombre (que contaba con 31 años de edad) realizó sus labores habituales en dicha finca cuando hizo la pausa del almuerzo y al momento de retornar a las tareas fue interceptado por el desconocido que según los testigos vestía gorra negra, pantalón jean oscuro, buzo de manga larga y era de tez blanca.
El sujeto desenfundó un arma de fuego (una pistola 9 milimetros) y disparó 5 veces contra Aries Alain quien se desplomó en el piso y murió de forma instantánea sin tener oportunidad de defensa y luego de recibir impactos a la altura de tórax, costado derecho, espalda y cabeza.
El sicario emprendió la huida con dirección al municipio Maní, por la vía veredal de La Porfía.
Aries Alaín, de cuyas causas de muerte no se ha conocido nada, era definido como un llanero nato que se ganaba la vida laborando en fincas y a quien le gustaban los gallos y las costumbres del campo y quien, como su hermano, no registraba antecedentes judiciales.
Hoy los dos hermanos se encuentran en la eternidad mientras su familia se sigue preguntando por las razones de sus muertes…