Un día cómo hoy, 7 de diciembre, Casanare se estremeció con la muerte de Emiro Sossa Pacheco, exalcalde de Yopal, exgobernador de Casanare y uno de los dirigentes liberales que ha tenido el departamento, quien fue obligado a salir de su vehículo cuando transitaba en zona rural de Yopal. Pocos días antes de este magnicidio, Sossa había asistido al sepelio de otro gran líder del concejal de Yopal, Segundo Gabriel Rivera, asesinado también por paramilitares.
Por esas fechas, la región estaba conmovida por la Masacre del Páram de la Sarna, ocurrida apenas una semana antes de este magnicidio.
Aquel siete de diciembre del año 2001, hombres desconocidos lo interceptaron, obligaron a salir de su vehículo, tiraron al suelo y propinaron cuatro tiros en la cabeza y uno en su brazo que provocaron la muerte instantáneamente.
Emiro, Boyacense de Nacimiento pero Casanareño de Corazón, hoy sigue en la memoria de aquellos 4.309 votos que lo dejaron al mando de Yopal o los 25.711 habitantes que apoyaron su campaña como gobernador.
Aunque en esa época, 1994, Sossa se enfrentó a una investigación que lo alejó de su cargo como gobernador a solo un año de su posesión, y lo llevó a la cárcel cinco años por ostracismo político, sus ideales se mantuvieron vivos, incluso luego de dejar la cárcel y ser víctima de secuestro el 8 de diciembre de 1997 por las FARC, (73 días duró en cautiverio) y luego asesinado en 2001.
Tras la investigación por su muerte, se establecieron condenas en contra de Josué Darío Orjuela Martínez, alias ‘Solín’, ex jefe paramilitar a 17 años de prisión. Hoy, a 20 años de su sacrificio, su memoria se recuerda como la figura de un gran legado politico y de servicio social en Casanare.
Hoy a instancias de la Alcaldía de Yopal se realizará un acto conmemorativo a su memoria y se anuncia para dentro de pocos días el descubrimiento de un monumento en su homenaje que será entronizado en el Parque El Resurgimiento de Yopal
