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¿POR QUÉ «MOTORIÓ» LA CAMPAÑA DE CANDIDATO LIBERAL EN TRINIDAD QUE TERMINÓ PINTADO DE VERDE?

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A pesar de la «vieja herida» política que en 2019 había quedado entre Damaris Abril y Carlos Cabrera, las cosas parece que cambiaron para esta nueva justa electoral donde los dos dirigentes electorales de Trinidad, vuelven a ser protagonistas del hecho político de las actuales justas proselitistas.

Por ese entonces, Damaris y Cabrera buscaban algún tipo de unión para enfrentarse a la campaña de quien finalmente (y para muchos de manera «sorpresiva») la Registraduría proclamó como Alcalde al término del «conteo» de los votos, el actual mandatario Jesús «Chucho» Monroy.

Sin embargo, la oferta política de Cabrera no fue acogida por Damaris Abril quien mantuvo su campaña hasta el final, logrando un tercer puesto electoral, mientras que Cabrera quedó relegado a un segundo puesto y se dedicó durante estos cuatro años a «lamer sus heridas políticas».

Era su segunda derrota electoral.

En este 2020 el tema fue muy distinto.

Animado por un círculo de amigos, alentado por su familia y con el aval del Partido Liberal, Carlos Cabrera decidió que «la tercera era la vencida» (como dice el adagio popular) y se lanzó a una nueva aventura política, eso sí, sin el acompañamiento de un personaje clave en sus dos campañas pasadas: su compadre, Ángel Egnerio Hernández, quien esta vez se «desmarcó» del líder rojo y emprendió proyecto político aparte, pasando de aliado a contrincante.

Así las cosas, y aunque Carlos Cabrera es un dirigente con buen caudal electoral, la financiación de la campaña tenía dificultades… por supuesto, resultaba algo difícil, en medio de otro buen número de rivales, obtener el vital apoyo económico que requieren las campañas políticas (por austeras y humildes que sean) para mantenerse vigentes.

«Es que las campañas son como los hijos… uno podrá ser pobre pero no los puede dejar morir de hambre», dijo un político casanareño que ha ganado y perdido en varias elecciones, refiriéndose a la realidad política actual.

¿Fue entonces la asfixia presupuestal la razón que llevó a Cabrera a archivar el viejo resquemor del desaire político de Damaris en 2019 y acogerse a la énagua política’ de quien para este proceso ya se da (por muchos) como la futura alcaldesa triniteña?

Pues Cabrera dice que «no». Que la decisión fue fruto de un consenso de familia, consultas de amigos y un «análisis programático» que no solo llevó al ahora excandidato a declinar su postulación, lanzarse a los «brazos políticos» de la campaña Damarista y acogerse a la aspiración a la Gobernación de Cesar Ortiz Zorro quien le agradeció el gesto con la designación como coordinador de su campaña en Trinidad.

Consecuencias políticas por todo lado pero pocas explicaciones «programáticas» por otro.

Lo que se conoce es que otro fuerte aspirante habría buscado previamente a Cabrera con oferta de unificación de candidaturas la cual fue rechazada por el ahora «nuevo Damarista».

Sin duda, la llegada de Carlos Cabrera es un impulso a la aspiración de la casi segura nueva Alcaldesa.

A los directivos liberales no les ha gustado mucho la decisión. Cabrera dice que no tiene reversa y, el pueblo liberal de Trinidad tiene la palabra. En las urnas…

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