«Cada que el viejito del aseo pasa, se me desaparece una mata… ya van tres y con esta cuatro», dijo entre jocoso y enojado, el propietario de un local comercial que desde hace varios días evidenció la desaparición de las plantas que instaló para adornar su local comercial pero que se le estaban perdiendo de manera paulatina.
Intrigado por descubrir al «pirata de la jardinería», el hombre instaló cámaras de seguridad que le permitieron detectar con asombro que el autor (por lo menos del último robo) era el operario de aseo que habitualmente cubre la ruta de barrido de calles por el sector.
«Parece que se contagió de las mañas del destituido gerente de dicha empresa», dijo el sorprendido propietario a quien le pareció insólito que una persona «se pegue» del robo de algo tan aparentemente insignificante.
El propietario llamó la atención del hecho porque demuestra los niveles de insolidaridad y descaro con el entorno natural y la propiedad de las personas, a los cuales se ha llegado en la sociedad yopaleña.
