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Ningún mar en calma hizo experto a ningún marinero

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Mamá, casos de la vida real

Nehemías 2:18: Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios era buena sobre mí, y así mismo las palabras del rey, que me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.

Querida amiga, querido amigo, estamos en la época perfecta para despertar, para ver y entender la vida de otra forma, sabiendo que, si depositamos nuestra confianza, obras y acciones en Dios, siempre tendremos fruto, sentiremos paz, y tranquilidad.
Sé que en este momento estamos atravesamos situaciones de angustia, incertidumbre, dolor y necesidad, por la razón que sea, ningún problema puede ser considerado más grande que otro, más o menos importante, así como el pecado no tiene tamaño. Sin embargo, lo que sí tiene en común cada situación que vivimos, es la forma en cómo trabajamos para resolverla.
En la palabra de Dios, que hoy les comparto, Nehemías nos invita a levantarnos y a edificar. Esto, traducido a nuestras palabras, significa lograr el éxito con oración, fe y acción sabia.
Muchas veces nos dejamos llevar por impulsos, por consejos de personas que nos aman, pero que también piensan y deciden bajo sus emociones, y el resultado de todo esto es que entorpecemos más el suceso que estamos viviendo.
Mi consejo es simple, antes de buscar un amigo, antes de pedir ayuda a un tercero, antes de recurrir a nada, usted arrodíllese, ore, tenga una conversación con el padre de la vida, llénese de la fe que solo Él le puede brindar y estoy segura que los pasos que usted tome en acción le serán de provecho, y actuarán de manera positiva en la solución de su problema.
¡Ánimo! Nada será para siempre.

Anyela Roxana Pinto.

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