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LOS «CHICHARRONES» QUE DEBERÁ MANEJAR BRAULIO CASTELBLANCO, EL NUEVO GERENTE DEL IFC

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Braulio Castelblanco Vargas, un viejo y curtido zorro de la política local, exalcalde de la capital casanareña entre 2001 a 2003, ausente de Casanare por largos años luego de una administración que cerró en medio de grandes polémicas y quien retornó de una prolongada estancia en Chile, para sumarse a la exitosa campaña de Luis Eduardo Castro, se convierte en el nuevo timonel del Instituto Financiero de Casanare (IFC).

El exAlcalde que tuvo entre enero y abril de 2020 un fugaz paso como gerente de la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Yopal (EAAAY) de donde salió al parecer por el «enfriamiento» de sus relaciones con el Alcalde yopaleño y sin que la razón real de su dejación a dicho cargo se conociera plenamente, asume la difícil gerencia del IFC.

Conocedores y analistas de la trayectoria de la entidad la califican como una institución atrapada por años en el forcejeo político, los desaciertos administrativos, la mala planificación y convertida en «bolsa de empleo» para pagar favores burocráticos de algunos mandatarios departamentales de turno.

La importancia de la entidad no es de poca monta. El IFC es una evolución institucional del FONDESCA (Fondo para el Desarrollo de Casanare, creado en 1992) que durante 10 años operó como una entidad de crédito para el fomento de la productividad agropecuaria, la producción agroindustrial y el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, mediante préstamos a tasas y plazos preferenciales. El Instituto también es operador del Fondo FESCA, una cuenta autónoma de recursos a través de la cual la Gobernación de Casanare beneficia con crédito especial a centenares de estudiantes, con préstamos para estudios universitarios de pregrado y posgrado.

Sin embargo, al transformarse en 2002, el IFC no solo heredó de FONDESCA sus plausibles objetivos de consolidación empresarial para el sector productivo de Casanare, sino muchos de los vicios de manejo politiquero, burocracia, mala planeación y manejo clientelista en la asignación de créditos.

Este cuestionable «ADN institucional ha sido tan fuerte, que casi 20 años luego de su transformación, el IFC atraviesa una de sus más delicadas situaciones financieras y administrativas, del cual ningún gerente ha sido capaz de enderezarlo, lo peor del caso, en las dos últimas administraciones departamentales, la situación solo ha hecho es empeorar mientras que la entidad parece navegar entre las poderosas corrientes de la actual hegemonía política departamental», dijo una fuente que consultó EL NUEVO ORIENTE sobre el actual estado de la entidad.

Este hecho quedó ratificado en el cuatrienio del mandatario Josué Alirio Barrera con la pugna jurídica en la que terminó el intento de liquidación de un multimillonario convenio de recursos entre la Gobernación de Casanare y el IFC, promovido por el exSecretario de Agricultura, Camilo Montagut Fernández. Los dineros (tasados en más de $12.900 millones) no solo eran usados para el propósito de mantener el flujo de recursos para préstamos, sino que con sus rendimientos financieros anuales aportaban en un alto porcentaje los dineros requeridos para la subsistencia institucional del IFC.

A la fecha, el litigio jurídico en el que terminó el deseo de la Gobernación por recuperar el manejo de los dineros, no se ha resuelto. Este es uno de los temas que deberá resolver el ahora Gerente del IFC.

CARTA EXPLOSIVA

Horas antes de la oficialización del nombramiento de Braulio Castelblanco como nuevo timonel de la entidad, el Presidente del Sindicato de Trabajadores del IFC (SINSERPUBLICOLOMBIA, Subdirectiva Seccional Yopal), Robert Jalil Preciado Cárdenas, remitió a la Gobernación de Casanare y a nombre de los trabajadores de la entidad, un oficio (ver facsímil), en el que plantean su difícil situación.

Los trabajadores del IFC «nos dirigimos a usted de manera atenta y respetuosa con la finalidad de reiterar nuestra gran preocupación sobre la condición administrativa y financiera que está atravesando nuestra entidad, y con mayor fundamento cuando las acciones y gestiones realizadas en el año anterior no pudieron ser materializadas, no permitiendo dar cumplimiento a los compromisos asumidos», reza el párrafo introductorio del documento enviado al Gobernador, Salomón Sanabria.

El documento plantea en materia financiera dos grandes problemáticas: la resolución en torno a la liquidación del famoso convenio 2113 de 2012, por un lado, y por el otro recuerda las asignaciones presupuestales contempladas para 2020 y 2021 en el Plan de Desarrollo «Es el Tiempo de Casanare, productivo, equitativo y sostenible» y que alcanzan los $12 mil 600 millones.

Los trabajadores del IFC también evidencian que debido a «vacíos e inconsistencias de diseño» la entidad se ha visto abocada a procesos legales que surgieron de su participación en proyectos de reforestación, palma y repoblamiento bovino (diseñados y financiados por la Gobernación) en donde se actúa como «asociado» y que por diversos problemas han terminado en litigios jurídicos en los cuales el Instituto ha asumido su defensa judicial «de manera solitaria (…) sin contar con el respaldo y la solidaridad de la Gobernación».

En su misiva, los voceros sindicales advierten que la designación y nombramiento de gerentes no ha respetado los criterios de gobierno corporativo definidos para la entidad y llama la atención que en los últimos cinco años (gobiernos de Alirio Barrera y Salomón Sanabria) el IFC ha tenido seis gerentes, con un promedio de duración menor a un año en sus cargos: lo que «acarrea precisamente la posibilidad de no poder implementar los lineamientos y postulados en un gobierno corporativo y llevar a cabo de manera satisfactoria las metas y proyectos a corto, mediano y largo plazo trazadas».

«De ahí radica la importancia de que el nombramiento del próximo gerente titular del IFC observe como requisito insustituible que el designado, conozca la entidad y que cuente con experiencia mínima de un año en cargos similares ya que la situación no permite períodos de experimentación y aprendizaje, ya que el momento amerita de toma de decisiones de alto impacto para garantizar la permanencia de la entidad y del cumplimiento de su razón de ser».

Así las cosas ¿acertaría entonces el Gobernador en la escogencia de Braulio Castelblanco como nuevo Gerente del IFC?… El sector productivo del departamento contiene el aliento esperando el desempeño del nuevo funcionario.

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