Oculto en la maleza que crece en terrenos sospechosamente comprados por la Alcaldía municipal, se esconde uno de los “elefantes blancos” más grandes y vergonzosos de toda la historia de Paz de Ariporo: un proyecto de colectores de aguas lluvias, donde se enterraron más de 28 mil millones de pesos, que desde su construcción (entre 2009 y 2011) no ha servido para nada y cuya muda existencia certifica los despilfarros presupuestales que caracterizaron la administración como Alcalde (2008 a 2011) del actual concejal, Camilo Abril Tarache .
La historia se remonta a 2009 cuando dicha administración presentó una solución para resolver el eterno problema de inundaciones que afectan la parte baja de Paz de Ariporo (barrios aledaños al aeropuerto municipal) producto de los intensos aguaceros que en época invernal azotan la región.
Por entonces, el Alcalde de la época propuso el diseño, contratación y ejecución del proyecto de “construcción del sistema de detención de aguas lluvias para el casco urbano del municipio de Paz de Ariporo – Casanare”, que consistía en un sistema de canalización y amortiguación de las aguas recolectadas por los caños Los Boros y La Aguadita, evitando el colapso de dichas corrientes por el exceso de aguas y llevando las mismas hacia caños de mayor capacidad (Platanal y la Aguadita), esto en la zona sur y norte de Paz de Ariporo.
El contrato se firmó el 24 de marzo de 2009, entre la Empresa de Servicios Públicos de Paz de Ariporo (siendo Sergio Renier Bohórquez Lugo, su Gerente) y la Unión Temporal “Canales La Paz” (que estuvo representada por José Libardo Holguín Díaz) con un plazo de ejecución de 20 meses y un costo inicial de 26 mil 666 millones de pesos. El contrato fue reajustado en valores en $2.131 millones y luego de varios otrosí, su ejecución se prolongó por 10 meses más del plazo contratado.
El proyecto contemplaba labores de canalización, excavaciones, construcción de muros y encofrados y la instalación de un tendido de tubos de 40 y 48 pulgadas de diámetro, dispuestos en un sistema de “S”.
Lo lamentable del caso es que la obra nunca ha funcionado por un sencillo error: el sistema de tuberías fue instalado a una profundidad mayor del cauce de los caños, por lo cual las aguas lluvias no tenían cómo ingresar a la red de tubos.
Sin embargo, a sabiendas que el primer contrato había sido declarado siniestrado, se hizo un segundo contrato que no iba a ser funcional porque la primera parte NUNCA se terminó. Esta vez, un error protuberante de Planeación en la obra
Las moles de cemento y las redes de tubería, instaladas en los predios semiurbanos quedaron en el olvido al punto que años después un incendio afectó uno de los lotes y el fragor de las llamas ingresó a los tubos y los quemó completamente. Hoy, algunos tramos de la tubería no existen y solo pegotes del plástico derretido dan cuenta de lo que alguna vez fue un complejo sistema que a pesar de su alta inversión, nunca sirvió para nada.
SOSPECHOSA COMPRA-VENTA DE TERRENOS
Pero aunque la obra nunca sirvió para el propósito que se concibió, seis años después, en 2017, ya bajo otra administración (la de Favio Vega Galindo), el lugar del “elefante blanco” fue utilizado para una de las compraventas de terrenos más sospechosa en la historia de Paz de Ariporo.
Se trata del terreno “Tamacara” de la finca El Recreo, propiedad original de Ciro Ernesto Granados Vargas (q.e.p.d.) quien el 11 de noviembre de 2008 mediante un acta suscrita y firmada de su puño y letra, acepta ceder el uso de la tierra para construir el famoso sistema de agua lluvia, renunciando a cualquier cobro, e incluso reclamación, indemnización o demanda hacia el municipio de Paz de Ariporo. (Ver documento).
Sin embargo, poco antes de finalizar la construcción del proyecto (el 22 de marzo de 2011) en la Notaría 2ª de Yopal, se protocolizó la compra-venta del predio, por un valor de $20 millones según escritura 515, donde se registra como compradora Carmen Rocío González Fernández, cuñada de Iván Ronaldo Vargas Saravia, un popular y controvertido personaje conocido popularmente como “Garlancha”.
En dicha escritura llama la atención la notoria diferencia grafológica de las firmas del “vendedor”, al comparar la rúbrica de don Ciro en la carta de renuncia de derechos, con la que supuestamente estampó en la escritura cuando “vendió” el terreno. (Ver fotografía),
Curiosamente, dos años después de esa venta (según escritura 1588 del 30 de diciembre) dicho terreno se lo compra el cuñado “Garlancha” a la señora González Fernández, por un insólito precio de 6 millones de pesos: es decir, el terreno, “comprado” en 20 millones en 2011, lo vende casi por un tercio de su costo inicial.
Pero el suertudo comprador no solo se “ahorró” sus buenos pesos en la compra sino que después tuvo una oportunidad de oro cuando el Alcalde en ejercicio (Favio Vega) acepta negociar a nombre del municipio dicho terreno (cuyos “nuevos propietarios” lo habían subdividido en varios lotes), comprándolo a un insólito precio de $491 millones 260 mil pesos.
Dicho acto se materializó en la Notaría Única de Paz de Ariporo, el 11 de julio de 2017.
Por esa época, el Alcalde Vega suscribió varias escrituras de los predios aledaños, en una serie de sucesivas compraventas en donde el municipio le terminó pagando a los compradores, hectáreas de terreno a un valor promedio de 161 millones 315 mil pesos.
Actualmente, los exalcaldes Abril y Vega (uno como concejal de oposición al perder las elecciones anteriores) y el otro como parte de equipos de asesoría de concejales en ejercicio, se presentan como adalides de la planeación de las buenas obras y la honestidad, en su municipio.