El reciente cruce de declaraciones entre el gobernador César Ortiz Zorro y el senador Alirio Barrera ha revelado una estrategia política que beneficia a ambos líderes.
Mientras Zorro acusa a Barrera de dejar proyectos inconclusos para justificar sus problemas de presupuesto y de paso polarizar el escenario, Barrera utiliza la confrontación para reforzar su imagen y posición de liderazgo ante las bases del Centro Democrático. Este intercambio ha servido como plataforma para que ambos líderes mantengan el foco de atención en sus respectivas narrativas.
Alirio Barrera y su narrativa de liderazgo y buen gobierno
Durante la rueda de prensa, Alirio Barrera recurrió a su estrategia habitual: defender su gestión en su paso por la gobernación y resaltar sus logros parlamentarios. Hizo hincapié en que fue «el único gobernador de los últimos años que terminó su periodo», y destacó sus logros como vicepresidente del Senado, así como el apoyo que ha recibido de diferentes bancadas. De esta manera, Barrera intenta mantener la narrativa de ser un líder eficiente y responsable, lo cual resulta crucial para sostener la confianza de sus seguidores.
Pero este discurso tiene un doble efecto, pues si bien es un hombre que tiene resultados administrativos, ha sido un discurso repetitivo, en la campaña de Salomón y en la pasada campaña con Marisela Duarte, “la casa barrera” se enfoco tanto en mostrar resultados y fortalecer la confrontación que se olvidaron de presentar las propuestas.
Otra lectura posible es que este “sombrerazo” de Barrera después de 10 meses de “respetuoso silencio” haya sido un calentamiento de motores de cara a las próximas legislativas, pues a pesar de la vitoria de Zorro en la campaña a la gobernación, el Centro Democrático sigue siendo una fuerza política de mas de 85 votos en Casanare
César Zorro y la polarización como herramienta política
Por su parte, el gobernador César Ortiz Zorro también utiliza esta confrontación para su propio beneficio, al señalar que su administración ha tenido que finalizar proyectos dejados por el Centro Democrático, Zorro intenta polarizar el ambiente político, posicionándose como el gobernador que enfrenta los problemas heredados de la administración anterior.
Esta estrategia le permite mantener la mirada de la opinión pública en el espejo retrovisor, justificando la crisis que viven algunas entidades, en especial del sector salud y desmarcándose de las críticas a su gestión.
Zorro, además, respondió a las acusaciones de Barrera bajando el perfil al conflicto, indicando que «no me dejé desconcentrar en campaña, no lo voy a hacer ahora en gobierno» Esto refleja su intento de mostrarse como un líder enfocado, al tiempo que utiliza la confrontación para reforzar la narrativa de que las dificultades actuales son consecuencia de las gestiones pasadas.
La confrontación un beneficio para ambos
Esta confrontación es conveniente tanto para el gobernador como para el senador Barrera, al mantener un discurso crítico contra la administración de Zorro, se posiciona ante sus bases como un defensor del legado del Centro Democrático, un líder que no teme enfrentar a la gestión actual y que exige resultados.
Al resaltar sus logros como exgobernador y los beneficios que supuestamente trajo a Casanare, Barrera envía un mensaje claro a sus seguidores: su liderazgo sigue vigente y es necesario para el departamento.
Por otro lado, Zorro aprovecha el conflicto, posicionando un discurso en el que justifica la falta de avances actuales como una consecuencia de la administración de Barrera.
Este enfoque le permite evitar críticas sobre la falta de resultados, de un gobierno caracterizado por muchas fotos y pocas obras, pero la confrontación y el tener un “enemigo vigente” le permite genera una cortina de humo y proyectarse como el único capaz de sacar adelante a Casanare ,en medio de las dificultades.
¿Le sirve a Casanare esta política del espectáculo?
Ambos líderes han optado por hacer de la política un campo de batalla mediático, en lugar de un espacio de colaboración para el beneficio del departamento.
Esta estrategia les permite mantenerse en el centro de la escena política, atraer la atención de los medios y reforzar sus respectivas narrativas ante sus seguidores. Sin embargo, el costo de esta estrategia es alto.
Mientras los líderes se enfocan en los ataques y en defender sus posiciones, los problemas reales de Casanare, como la diversificación económica y el fortalecimiento del sistema de salud, quedan relegados a un segundo plano. La confrontación política puede ser una herramienta efectiva para ganar puntos en la opinión pública, pero difícilmente contribuye a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
En conclusión, la confrontación política se ha convertido en el escenario ideal tanto para César Zorro como para Alirio Barrera. Cada uno la utiliza a su manera para posicionarse, justificarse y atraer apoyo, mientras los verdaderos desafíos del departamento siguen esperando atención y soluciones, siguen a la espera de “las oportunidades”.
