El hallazgo de la cabeza, las dos piernas y una mano, de una joven de aproximadamente 20 años y aún sin identificar; y el atentado horas después que le costó la vida a un distribuidor de alucinógenos y dos personas más, aunque no se sabe si son hechos relacionados entre sí, volvieron a disparar la preocupación por aparentes casos de enfrentamientos territoriales entre facciones que se disputan el mercado del microtráfico en la capital del Casanare.
Respecto al primer caso, el sector de Llano Lindo (área general que integra a más de 25 barrios y en el que residen al menos 50 mil personas) está sacudido por el hallazgo de los restos óseos.
Relativamente cerca, apenas a unos 3 o 4 kilómetros por el eje vial de la caller 50 y en inmediaciones de las peligrosas invasiones de la Resistencia y la Victoria, un ataque armado contra un grupo de personas dejó dos heridos y la muerte de alias «el Guajiro», JOSÉ ALEXANDER RUIZ, un hombre de procedencia venezolana.
Para muchos vecinos que soportan el acoso diario de la delincuencia asociada al microtráfico, los dos casos son evidencia clara de un hecho que las autoridades se niegan a reconocer fervorosamente: la disputa territorial por el negocio del narcomenudeo y el microtráfico en las calles de Yopal que en el pasado reciente estuvo en manos del Clan del Golfo.
Sin embargo, al parecer, los golpes sucesivos de las autoridades con la captura de diversos cabecillas de estra estructura que sustituyeron a sangre y fuego a grupillos de hampa criolla que manejaron el «negocio», debilitaron al Clan que estaría siendo reemplazado por facciones de delincuencia que cada vez más se asocian a la presencia de extranjeros vinculados a estos casos.
Personas que han denunciado, incluso de forma anónima estos hechos, han sido ya blanco de amenazas.
En las calles de Yopal hay miedo, las autoridades no lo reconocen y tampoco parecen capaces de controlar lo que podría ser una guerra por territorios entre facciones que parecen mucho mejor armadas por evidencias de sujetos que aparecen en redes sociales exhibiendo un inusitado poder de fuego y desafiando la acción de las entidades estatales en Yopal.
¿Hay razón para preocuparnos…?
