El testimonio de un oscuro exdetective del DAS, vinculado al menos a seis casos de «falsos positivos» y que en julio de 2005 habría facilitado la fuga de un sicario que minutos antes diera muerte a un presunto extorsionista, revivió para un exGobernador del Casanare la exigencia de investigar el papel que supuestamente tuvo como determinador de dicho homicidio.
La nueva solicitud se hizo por cuenta de la Sala de Definición de la Justicia Especial para la Paz (JEP) luego de escuchar el testimonio de Álvaro Francisco Rojas Manjarrés, condenado en 2015 como coautor del acto criminal, en el cual participó facilitando la fuga del homicida de Jorge Armando Hernández Chaquea.
Rojas Manjarrés comparece ahora ante la JEP, donde fue aceptado con el compromiso de aportar testimonios y pruebas de actos de violencia cometidos en el marco del conflicto paramilitar que vivió Casanare por cerca de 20 años.
El hecho que relata, tiene que ver con la muerte de Hernández Chaquea, cometida el 28 de julio de 2005 en Trinidad, cuando un pistolero lo atacó mientras realizaba trabajos de albañilería en una construcción.
El homicidio fue perpetrado por José Luis Mesa Franco, por orden directa de paramilitares que actuaron (según el testimonio del exdetective) en complicidad con Orlando Rivas Tovar, director del DAS en Casanare por la época de los hechos, y por la supuesta instigación del exgobernador y excongresista casanareño, Helí Cala López, cuyo nombre aparece vinculado a los hechos desde las primeras investigaciones del caso.
Según la investigación, el exdetective Rojas Manjarrés, estuvo en la hora y sitio del homicidio, y utilizando una camioneta blanca de placa ZNA-250 y vidrios oscuros, recogió al sicario que recién había dado muerte al albañil, y se lo llevó del lugar para evadir la persecución policial y de testigos del hecho. El vehículo fue plenamente identificado e incluso poco después del homicidio lo vieron parqueado junto a la sede del DAS en Trinidad.
Incluso, para aumentar la confusión del momento, el exfuncionario de dicha desaparecida entidad, accionó su arma de fuego disparando al aire para simular un intento de neutralizar al sicario.
A pesar de los testimonios que apuntaban a señalarlo como responsable y del proceso judicial que rápidamente abrió la Fiscalía, Rojas Manjarrés no fue inicialmente condenado por estos hechos, según decisión de primera instancia de un Juzgado de Orocué (en 2011) y que fue ratificada en instancia de apelación por el Tribunal Superior de Casanare (en 2012).
Sin embargo, en 2015, una decisión en Sala de Casación de la Corte Suprema de Justicia, determinó fallas protuberantes en la valoración de las pruebas y reprochó la conducta del Juzgado y el Tribunal que habrían ignorado (al parecer en forma deliberada), circunstancias que terminaban probando la culpabilidad del exdetective y la vinculación de otras personas en el caso, como el papel de Helí Cala López determinando, desde esa fecha, que se realizara una investigación en contra del poderoso político casanareño.
Sin embargo, el caso pareció quedar «frenado» hasta ahora, cuando en su comparecencia ante la JEP, el exdetective volvió a mencionar el caso y a revivir los señalamientos contra Helí Cala, lo que motivó a la JEP a pedir ante la Fiscalía que “…determine si procede abrir investigación penal en contra del exgobernador del Casanare, Heli Cala López, y los agentes del extinto DAS: Héctor Goyeneche Rodríguez y Dumar Cendales Niño, por su eventual participación en el homicidio de ARMANDO HERNÁNDEZ CHAQUEA, según lo narrado por el señor ÁLVARO FRANCISCO ROJAS MANJARRÉS en la diligencia de aporte temprano a la verdad”.
Al parecer, la motivación de Cala López para urdir con el apoyo del DAS y los paramilitares, la muerte de Hernández Chaquea, era su presunta condición de extorsionista (de hecho tenía antecedentes por este delito y por lesiones personales),
