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EXPRESIDENTE URIBE ASEGURA QUE REFORMA PENSIONAL PONE EN RIESGO FUTURO DE MILLONES DE COLOMBIANOS

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Respuesta a argumentos de la alocución del Gobierno sobre pensiones

La baja afiliación de los colombianos al sistema de pensiones es debido a que el
país ha sido incapaz de mantener un crecimiento sostenido de la economía que
supere la informalidad y permita que todos los ciudadanos puedan afiliarse. Esto
tiende a agravarse por el daño general a la economía.

Frente al primer pilar: el sistema de protección del adulto mayor se creó en 1993
con la Ley 100. Hace varios años aprobamos otra ley para que ese subsidio a los
mayores pobres no estuviera por debajo de la línea de pobreza absoluta. Este
programa, Colombia Mayor, ha sido muy bien evaluado, pero el pago de 80 mil
pesos al mes es miserable. Para lograr total cobertura, que requeriría proteger a
otros 2,5 millones de ancianos, es necesario que el presupuesto nacional cumpla
con sus obligaciones sociales, pero no destruir el actual sistema de pensiones. Este
subsidio lo puede dar el Gobierno ya. El derroche presupuestal, característica de
muchos gobiernos, y el enorme Estado burocrático, que ha crecido más en este
Gobierno, sumados a la debilidad de la economía, son los enemigos que impiden
la protección de los ancianos, no es el sistema de pensiones. Por estas razones
tampoco se necesita el pilar solidario.

Frente al segundo pilar: para atender a los colombianos que por diversas razones
no alcanzaron a jubilarse, se propone el pilar semicontributivo. En esencia, tendrían
una renta soportada en sus ahorros, en los rendimientos de esos ahorros, y en un
subsidio gubernamental del 20% para hombres y del 30% para mujeres. Esto no es
novedoso, desde 2005 existe el sistema de Beneficios Económicos Periódicos
(BEPS) que cumple con esa finalidad social. Por las mismas razones del Estado
derrochón, burocrático, y de la debilidad de la economía, no ha tenido suficiente
cobertura. Debe advertirse que el ahorro ciudadano tendría más rentabilidad en
fondos privados que en el sistema público. Así lo demuestra la experiencia:
mientras en el sistema público al ahorro ciudadano apenas se le ha sumado la
inflación, en el privado el ajuste ha sido en promedio de inflación + 7 %.

Frente al tercer pilar: los colombianos de menores ingresos, que queden en el
tercer pilar, no tendrán la oportunidad de que el rendimiento de sus ingresos
crezca como en el sector privado. Tampoco tendrán libertad de elegir. El sistema
colombiano los ha subsidiado con la garantía de pensión mínima, esto es, que no
puede ser inferior al salario mínimo. Lo que ha sido injusto es que en el sistema
público se subsidien pensiones altas. Se pueden eliminar estos subsidios y
mantener la libertad de que los colombianos elijan quien cuide sus ahorros. No
puede olvidarse el esfuerzo de nuestro Gobierno que eliminó la mayoría de los
regímenes especiales y privilegiados.

Frente al cuarto pilar: en el cuarto pilar encontramos el mayor problema. Primero,
el Gobierno propuso que sólo la parte del ingreso superior a 3 salarios mínimos
podría llevarse a los fondos de pensiones y en reciente acuerdo político se bajó
ese umbral a 2,3 salarios mínimos. En el momento, el Gobierno propone que la
Cámara de Representantes eleve el umbral a 4 salarios mínimos. Veamos el efecto:
no obstante que los 400 billones de pesos, de propiedad de los trabajadores, suma
acumulada hasta ahora, que han tenido buena administración y rendimiento en los
fondos de pensiones, no pasarían al Gobierno, en adelante empieza un
debilitamiento agudo de esos fondos. Con umbral de 2,3 salarios mínimos, el
Estado recaudaría entre el 74% y el 79% de los ahorros pensionales; con el umbral
de 3 salarios mínimos, propuesta inicial, el Estado se quedaría con un 80% u 83%;
y, con la nueva propuesta del umbral de 4 salarios mínimos, el Estado captaría
entre el 85% y el 88% de esos ahorros.

Que el Banco de la República maneje el fondo público, es un distractor, pues el
Banco no puede manejar pensiones y la administración del fondo público la harían
con un comité de ministros que permitiría toda la manipulación del Gobierno.

Hay alternativas para quitar subsidios a las altas pensiones y para mejorar el monto
pensional de los empleados y trabajadores de ingresos medios. Por ejemplo, sería
mucho mejor haber aumentado las cotizaciones al sistema pensional, que hacer el
derrame de impuestos que asfixia al país.

Muchos colombianos han apoyado el sistema de pilares. La causa de la mayor
oposición es el riesgo de anular a los fondos de pensiones y de utilizar recursos
para compensar el derroche presupuestal. El Gobierno, en lugar de haber aceptado
la propuesta de estudiosos de bajar el umbral a 1,5 salarios mínimos, lo quiere
aumentar a 4 salarios mínimos, con la consiguiente destrucción de los fondos de
pensiones. Si el Gobierno quiere subsidiar pensiones hasta 4 salarios mínimos, que
lo haga con el presupuesto nacional, no con la apropiación de los fondos de
pensiones.

Es claro que las nuevas generaciones tienen un inmenso riesgo para sus pensiones:
estas dependerán de un fondo estatal y de una economía que va en picada. La
economía va en picada por la violencia, el narcotráfico, el exceso de impuestos, el
derroche y el discurso que infunde pánico a la inversión privada. En los años
venideros, a medida que a causa de lo anterior al Gobierno se le disminuyan los
ingresos tributarios, hará más presión para gastarse los recursos de las pensiones.
Si las cosas siguen así, las pensiones de los jóvenes se pagarán con emisión
monetaria y se deteriorarán con inflaciones galopantes

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