Residentes en Maní se quejaron de la aguda situación de inseguridad en el municipio, donde el más reciente éxito policial fue un exhuberante operativo de cierre de un local de venta de empanadas pero donde ocurren hasta tres y cuatro robos diarios, a plena luz del día.
Dicen los vecinos que «esto sucede en medio de un anuncio de la existencia de red de cámaras, iluminación pública e incluso reciente renovación del personal policial de la Estación local de Policía», adonde llegaron nuevas unidades pero continuaron el comandante, el subcomandante, el conductor de la guarnición policial (que a su vez es esposo de la inspectora de Policía) pero donde los robos están a la orden del día.
Solo el 30 de agosto se denunciaron por redes sociales, dos casos, uno de ellos fue el dramático relato sobre la forma cómo a plena luz del día su casa fue arrasada por ladrones, ofreció la reconocida educadora maniceña, Claudia Coronado Aguirre, al regresar y encontrar un desolador panorama en su residencia.
Elementos de diverso valor, computadores, cámaras, diversos elementos y hasta su emblemático sombrero, un reconocido Stetson que ya era característico en sus apariciones públicas.
«Hoy, sobre las ocho y media de la mañana, o nueve, me hurtaron mi casa… Forzaron esta puerta, y me robaron dos computadores portátiles, la cámara de ‘Llano Cultura y Literatura’, y el dron, que también ustedes todos los conocen, conocen esos dos elementos», dijo visiblemente afectada.
La profesora Claudia es una reconocida generadora de contenidos pedagógicos y culturales y continuó relatando la triste situación:
«Mi sombrero… que ese también es súper conocido… el dron es un DJI Mini 2; la cámara es una Nikon Coolpix 1000, una cámara grande; la mayoría de la gente que me conoce sabe que en Maní la única que tiene esos elementos, soy yo, por que soy la que trabajo creando videos para todos ustedes», agregó.
«También me robaron los dos computadores, el de ‘Llano Cultura y Literatura’ y otro computador que pertenece a mi hija… me robaron una Nintendo, que es un juego del niño, valorado casi un millón de pesos, con un celular… Pues por ahora no me he podido dar cuenta de más», agregó.
Pidió que «si alguien llega a ver o llega a escuchar que los estén ofreciendo, que los estén vendiendo, por favor, esos elementos son de mi propiedad. Entonces, para que me informen, ayúdenme a rescatar, a recuperar esos elementos. Miren, la verdad, ustedes no se imaginan cómo me estoy sintiendo yo en este momento», advirtió pidiendo que se informe a las autoridades.