Grado de cabo y 34 años tenía el militar más “viejo” de la patrulla de soldados masacrados por la explosión de un carro –bomba que disidencias del frente 28 de las FARC camuflaron como un accidente de tránsito y detonaron en la mañana de este 3 de noviembre, en un punto de la carretera que comunica a Paz de Ariporo con Hato Corozal, norte de Casanare.
El “veterano” suboficial, un cabo primero oriundo de Cúcuta, identificado como Edison Manuel Buitrago Parada, volvía de una noche de patrullaje al comando de un grupo de soldados, muchachitos todos, con edades promedio entre 19 y 20 años.
Los jovencitos se habían incorporado al Ejército en febrero pasado como parte del primer contingente del 2021. La mayoría de ellos son oriundos de Casanare. Sin experiencia en combate. Bachilleres que soltaron los cuadernos y empuñaron un fusil el día del “juramento de bandera”, de esos que en el Ejército se llaman los “soldados regulares”. Aquellos que prestan el servicio militar “obligatorio”.
A su regreso de Hato Corozal, el cabo Buitrago y los jóvenes militares vieron el “accidente” de mentiras e ignorando la trampa se aproximaron con cierta cautela pero preocupados por la escena de un viejo automóvil Renault-9 que supuestamente había embestido a una moto.
La fingida colisión estaba ubicada a la altura de la finca Guayabal, a cuatro kilómetros de Paz de Ariporo, cerca del acceso a la vereda La Motuz.
“Pare… yo voy a revisar”, dijo el suboficial al conductor de su camioneta, ordenando a la caravana detenerse a distancia prudente y aproximándose al sitio donde se veían los vehículos abandonados. Eran casi las 7:20 de la mañana.
Pero desde horas antes, Alexander Rodríguez Peraza, encargado de la finca Guayabal y quien también había visto el “accidente” ya había advertido del caso a las autoridades. De hecho, una ambulancia de los Bomberos de Paz de Ariporo había llegado al sitio había realizado una inspección y al no encontrar heridos habían retornado al municipio.
Sin embargo, para los militares la suerte fue distinta… Según las hipótesis de los investigadores la trampa del frente 28, una disidencia armada de las Farc que comanda alias “Antonio Medina”, estaba montada para miembros de la Policía de Carreteras.
De esta manera, la cobarde mente criminal del guerrillero, urdía una estratagema para materializar la amenaza contra este cuerpo policial, que hizo pública hace apenas dos semanas, cuando declaró “objetivo militar” a los motorizados de Tránsito, por supuestos desmanes contra la población civil… pero por cosas del destino, y tal vez por malicia, no acudieron los policías… quienes sí llegaron fueron los soldados; desconocedores del peligro.
En ese momento, detonó la bomba…
“Eso sonó durísimo… temblaron las paredes”, comentaron los curiosos que luego de la detonación fueron llegando al sitio, en medio del caos.
El cabo Buitrago y el campesino Rodríguez, murieron prácticamente de inmediato producto de la onda explosiva. Cerca de ellos, quedaron los cuerpos de los soldados Diner Inocencio de Dios (20 años) y Brayan Esteban Morales Rincón (de 19).
Diner llegó prácticamente sin vida al Hospital de Paz de Ariporo, mientras que a Morales la muerte lo alcanzó en el vuelo del helicóptero de socorro que lo llevaba a él y a otros heridos hacia Yopal.
Desde el sitio de la explosión otros cuatro heridos fueron llevados al Hospital en ambulancias del CRUE mientras que a uno más, lo trasladaron de urgencia en la camioneta del CTI.
Horas después y todavía con el olor a pólvora en el ambiente, comenzó la reacción de las autoridades. El departamento parecía en estado de shock…
“Me duele mucho como alcaldesa y mi solidaridad con todas las familias, del civil que es un gran amigo de mi territorio, Montañas del Totumo, compañero de estudio de mis hermanos, su madre y hermanas, familiares y amigas nuestras y quién hoy sufren la pérdida, igualmente que con nuestro soldados que murieron de esta manera tan cobarde, por ir en ayuda de un supuesto accidente”, dijo la Alcaldesa de Paz de Ariporo, Eunice Escobar Bernal.
Los heridos, a uno de los cuales fue necesario la amputación parcial de un brazo mientras que otro será remitido a Bogotá por graves heridas que tienen en peligro uno de sus ojos, fueron identificados como Samuel Inocencio Rátiva (de Trinidad, 19 años) Damián David Garrido (19 años) y José Alejandro Fonseca Duque (19 años).
En el caso de la familia Fonseca Duque, todos esperan pegados a las cadenas de oración que, luego de la remisión a Bogotá, el joven soldado Alejandro salga bien de la cirugía de uno de sus ojos que resultó severamente comprometido por la explosión.
Producto de la trampa mortal de “Antonio Medina” también resultaron con lesiones otras dos personas, dos civiles que pasaban por el sitio en el momento de la explosión: Holman Olegario Cocinero Caballero (28 años) y David S. C (un jovencito de apenas 15 años) quienes por cosas del destino cruzaban por el sitio.
