Aunque en la región llanera fue contundente el triunfo de Rodolfo Hernández (65% de los votos), el aumento de la votación de Gustavo Petro para esta segunda vuelta fue porcentualmente mucho más significativo que el del ingeniero santandereano, pues alcanzó el 25%, frente a un 14%.
Mientras en la primera vuelta Hernández llegó a 460.845 votos, en esta segunda alcanzó 557.015 (un total de 74.170 votos “nuevos”), mientras que Petro, que el 29 de mayo había obtenido 227.776 sufragios, llegó a 305.586, sumando 77.810 votos nuevos en la región llanera.
En los siete departamentos del llano (Arauca, Casanare, Meta, Guainía, Guaviare, Vaupés y Vichada) el potencial electoral fue de 1.476.130 personas aptas para votar en estas elecciones de 2022, de las cuales en esta segunda vuelta, votaron por candidatos 862.601 ciudadanos (poco más de los 853.698 de la primera vuelta).
En primera y segunda vuelta, Rodolfo Hernández ganó en los departamentos de Arauca, Casanare, Meta, Vichada y Guaviare; mientras que Petro resultó triunfador en las dos citas electorales, en Guainía y Vaupés.
En cuanto a Casanare, Rodolfo obtuvo 143.564 (el 1,3% de los 10 millones que a nivel nacional logró) mientras que el departamento aportó 57.287 votos al electo Presidente Petro (un 0,5% del total nacional del victorioso aspirante del Pacto Histórico).
Con este guarismo, el departamento le dio el triunfo a Rodolfo en 17 de sus 19 municipios.
A nivel de región, los llaneros de los 7 departamentos, con 305.586 votos, aportaron menos del 3% de la victoria del nuevo mandatario.
Al respecto, el exsenador y analista político, Carlos Cárdenas Ortiz, dijo que “si no actuamos integrados como región, planificando y visionando el desarrollo del llano y su gente, será muy difícil que nos tengan en cuenta en la inversión de las obras nacionales y en la asignación de los $65 billones para inversión en todo Colombia, que se distribuyen cada año desde el poder central”.
“La discusión política es con votos… 20 años llevo insistiéndole a la clase política de la región llanera en que no siga actuando individualmente, si no que pensemos y planeemos como región llanera. Si no lo hacen, seguiremos como los botones de las guayaberas… ¡por fuera!”, dijo el analista.
