«EL DÍA QUE ME HICIERON EL ATENTADO Y RECIBÍ LOS SEIS BALAZOS, UN POLICÍA ME DIJO ‘HOY TE VAS A MORIR»: YAKELINE HERNÁNDEZ. TESTIMONIO DE UNA SOBREVIVIENTE…

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Yakeline Hernández Mariño, la comerciante que el 5 de abril sobrevivió a un atentado donde recibió 6 tiros en su cuerpo, ataque del cual salió viva en forma milagrosa, dice que su vida se convirtió «en un infierno» desde cuando empezó a tener problemas con la Policía.

Un mes después del ataque, la mujer todavía conserva el miedo, el temor por su familia y, además, dos balas alojadas en su cuello y espalda, que le recuerdan a diario que sobre ella pesa una amenaza que todavía no entiende…

«Esto se lo achacaron a los ‘venezolanos’, a la delincuencia… de mí han dicho que soy vendedora ‘de vicio’, he sufrido un acoso policial permanente, constante… no sé porqué me odian tanto», dijo, esta comerciante que vive desde hace 15 o 16 años de la venta callejera de productos en el Parque la Estancia, la agitada zona céntrica de Yopal, donde antes funcionó el terminal de transportes de la ciudad y en donde está instalado un CAI de la Policía, a pesar de lo cual opera uno de los mayores centros de distribución de estupefacientes en el centro de Yopal.

Y es que los problemas entre ella y la Policía no son nuevos.

En abril de 2024 Yakeline Hernández fue encerrada con brutalidad por orden de un oficial a cargo del CAI, en las instalaciones de dicho lugar, donde dice que sufrió golpes y agresiones en hechos que pasaron a la historia en un video viral que circuló profusamente por redes sociales. Por estos hechos, hay una denuncia en la Fiscalía y una queja disciplinaria de la mujer en contra de los uniformados.

VIDEO: TOMADO DE REDES SOCIALES y divulgado por el hijo de la víctima, testigo de los hechos.

«A mí comenzaron a perseguirme porque he denunciado la cantidad de cosas que pasan en este parque… a los ‘jíbaros’ les quitan su ‘mercancía’ y después esa misma la ‘revenden’… y son los policías; a las trabajadoras sexuales les quitan los celulares, la plata… las persiguen y las acosan», todo eso sabe pero nadie lo dice porque tienen miedo…», dijo Yakeline, en una larga entrevista con EL NUEVO ORIENTE y Casanare Online, medios de comunicación que le han hecho seguimiento a su caso.

Estos casos de presunta brutalidad policíaca y persecución, en los que no solo ha recibido agresión física, verbal, pérdida de dineros y daños en los productos que vende, ya están en conocimiento de la Fiscalía ante la cual Yakeline acudió en febrero pasado a interponer denuncia, citando con nombres y apodos a los uniformados que, según ella, han desplegado en su contra una persecución constante.

«Incluso a varios miembros de mi familia, a mi hijo lo han intentado ‘cargar’ y a mí misma… con frecuencia nos incluyen en las ´requisas´ colectivas que hacen en el parque y que terminan con incautaciones de celulares, maltratos y pérdida de plata para las mujeres que trabajan allí», agregó.

VIDEO PERSONAL: Yakeline y otras mujeres son sometidas a requisa por policías en el centro de Yopal.

Cuando ella dice que la han querido «cargar» hace referencia a que asegura que durante los procedimientos de requisa ha descubierto que le intentan introducir elementos prohibidos o sustancias extrañas a su morral, cosa que ha evidenciado ante las autoridades.

EL DÍA DEL ATENTADO

El día que recibió los 6 balazos en su cuerpo, Yakeline dice que tuvo una jornada «normal» aunque hubo dos cosas que le llamaron la atención: recordó la presencia extraña de un sujeto, supuestamente mecánico a quien luego reconoció como un uniformado y dice que al terminar su jornada laboral y abordar su moto, pasando por el lado del CAI, un uniformado la miró burlón y le dijo: «hoy te mueres»…

«Yo no le puse mucho cuidado porque sé la manera cómo me trata a mí esa gente… yo simplemente lo mire, sonréi y le respondí haciéndole ‘pistola’ con los dedos de la mano… seguí al colegio a recoger a mi hijo de la sabatina y cuando íbamos llegando a la casa, por el lado de la Base de PERENCO, fue cuando ocurrió todo.

El relato es dramático.

Yakeline cuenta que al bajar la velocidad en unos reductores, un hombre pasó y le hizo los disparos… «Yo no caí al suelo, mi hijo iba manejando… nos caímos porque él se tiró al sardinel; todo fue repentino y confuso, de la nada apareció una mujer pero ella mientras hacía la ‘pantomima’ de ayudarnos, llamó a alguien y le dijo: ‘está viva… está viva’, eso lo recuerdo bien…», recuerda en su dramático recuento.

Con seis balazos en su cuerpo y sangrando profusamente, Yakeline vio como cuatro o cinco carros pasaban sin detenerse a auxiliarla y ante la falta de prontitud de una ambulancia, aprovechó la disminución de velocidad de un taxi, abrió la puerta y se subió al carro… apretándose contra el cojin que en segundos se volvió un charco de sangre, le dijo al taxista: «hoy la vida la gana a la muerte… lléveme a la Clínica y en cuatro días yo misma salgo a lavarle el carro».

En el asiento de atrás, Brayan, su hijo, el mismo que tomó el video de abril de 2024 cuando la encerraron en el CAI de La Estancia veía pasmado cómo la mujer permanecía serena, consciente, tal como llegó a la Unidad de Urgencias de la Clínica Casanare, donde poco después, en medio de las curaciones, le empezaron a caer balas del cuerpo, a excepción de los dos proyectiles que todavía tiene en el cuello y la espalda.

Más tarde, aún con el dolor de las curaciones y todavía ingresada en la Clínica, a Yakeline la visitó un policía… el mayor Hernández quien sin haber hablado con los médicos le dijo que era un milagro que con 6 tiros hubiera sobrevivido…

«Sí mayor… seis disparos y aquí estoy… más viva que nunca», le respondió.

EXTRAÑOS ACOSOS Y SEGUIMIENTOS

La mujer fue dada de alta menos de una semana después del ataque que casi le cuesta la vida.

Por supuesto, su vida cambió para siempre: atemorizada y sintiendo un peligro constante, no pudo volver a su habitual sitio de trabajo en el Parque La Estancia a realizar la venta de sus productos.

Abandonó su casa y luego de permanecer viviendo «de caridad» en la residencia de una amiga, se alojó en un hotel, donde algunos días después volvió a sentir el acoso de unos motorizados que la abordaron a exigirle requisas cuando ella compraba medicinas y agua en una farmacia cercana.

Los sujetos no se identificaron pero le exigían que entregar el celular, escena que ella grabó con el teléfono de una amiga y que a propósito resultó dañado al caer al piso.

Apenas 18 días después de sufrir el ataque a balazos, Yakeline Hernández Mariño tuvo qué huir de Yopal dejando sus mascotas desamparadas en las casas de familiares y amigos, actualmente se encuentra gestionando una medida de protección especial y muy posiblemente nunca pueda regresar a la capital del Casanare.

Tuvo que irse con el dolor de ver cómo algunas autoridades se mostraron sordas a sus peticiones y abandonando amigos y actividades, refugiada ahora en la soledad del drama que le generó la valentía de denunciar los desmanes que ocurren en el parque La Estancia, el sitio céntrico de Yopal que fue el testigo de sus dramas desde cuando decidió denunciar con valentía los desafueros que, según ella, cometen algunos de quienes han jurado defender a la patria, las instituciones y a los ciudadanos.

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