Por: Lic. HERNÁN FAJARDO BECERRA
Miembro fundador del Centro de Historia de Casanare, coautor de la Revista “Caribabare” Nº 5 dedicada a los 50 años de Yopal, y del libro de lujo “Yopal 60 Años”.
Yopal, ciudad que tiene alrededor de 180 mil habitantes, sufrió la destrucción de la planta de acueducto en mayo del 2011 a causa del invierno. Desde entonces, a la fecha han pasado nueve (9) años y no ha sido posible que se avance de forma definitiva en la construcción de un nuevo acueducto.
Por largo tiempo, la falta de agua generó una crisis social, pero quienes son los que tienen que entrar a solucionar el problema de la falta de acueducto, creo que no es solo responsabilidad de las autoridades locales, sino también departamentales y del Gobierno Nacional, quienes a través de la permisividad (como la excavación de 4 pozos profundos, uso de carrotanques) la dilación y la tramitomanía, han demorado la solución de fondo como lo fue la construcción de la nueva planta de tratamiento.
Desde entonces, además de la falta de agua, Yopal ha estado sometida a una puja de poderes entre la Alcaldía, la Gobernación de Casanare, el Ministerio de Vivienda y el Ministerio de Hacienda, especialmente los gobiernos locales.
No ha surtido efecto (paro cívico) debate alguno las reuniones sostenidas con la Procuraduría General, veedores ciudadanos, alcaldía de Yopal, Gobierno Nacional, Superintendencia de Servicios Públicos y la Iglesia Católica y el titular del Ministerio Público, y no vemos solución alguna.
Los habitantes de Yopal hacen lo que pueden para sobrevivir con la poca agua que tienen disponible. Muchos de ellos se han enfermado de diversas dolencias por largos períodos de consumo del líquido en forma inadecuada; situación que desde algún tiempo ha mejorado, según datos del Instituto Nacional de Salud.
Por ahora, todos estamos a la espera de una solución definitiva para la problemática del agua. La planta definitiva, aún está en veremos…
