Un par de patrulleros adscritos a la Policía de Bogotá fueron capturados en flagrancia en medio de una operación controlada que un conductor víctima de extorsión dispuso con el GAULA luego de que le fueran exigidos $10 millones para «legalizar» la condición de un vehículo supuestamente reportado por hurto.
Los dos uniformados exigieron la suma incluso en presencia de varias personas, durante uno de los recorridos del automotor, y hasta retuvieron los celulares de algunos de ellos, como forma de presión para obtener el pago del recurso.
El hecho ocurrió durante el fin de semana, en la capital del país, cuando los policiales acudieron al sitio citados por su víctima que supuestamente les tenía el efectivo exigido para «legalizar» dicha situación.
Cuando los dos individuos, vestidos con sus uniformes de dotación, en la motocicleta del cuadrante y con todos sus elementos de patrullaje (armas, distintivos y demás), fueron sosprendidos por las unidades de la Fiscalía y el GAULA que procedieron a su captura.
El hecho ha ganado mayor notoriedad pues se produjo apenas un par de días después de que el Presidente Gustavo Petro cuestionara la honestidad del cuerpo policial colombiano durante el lanzamiento de una nueva estrategia llamada «Trinomio de la Seguridad», cuando afirmó refiriéndose a las dificultades de la lucha contra el flagelo del microtráfico que las «ollas» compran a los policías, en alusión al contubernio de las redes de microtráfico y las autoridades policiales.
