Dionisio Barajas, un adulto mayor que habita en la vereda Centro Norte del municipio de Chámeza, vive en condiciones alarmantes de abandono y pobreza extrema. A sus más de 70 años, Dionisio no cuenta con ningún tipo de subsidio estatal ni apoyo municipal para su alimentación o cuidado, pese a su delicado estado de salud.
Según relata el propio Dionisio, sufre de problemas severos en la cadera, ha perdido casi por completo la visión y tiene una de sus manos afectada, lo que le impide realizar cualquier tipo de trabajo. Además, no tiene familia conocida en el municipio: nunca tuvo esposa ni hijos, y vive completamente solo en un pequeño terreno prestado, donde improvisó una vivienda con latas de zinc rotas y lonas plásticas.
La situación se agravó en los últimos días con la ola invernal que azota la región. Las lluvias intensas inundaron su precaria vivienda y mojaron todas sus pertenencias, incluida la vieja colchoneta donde dormía. La noche anterior tuvo que pasarla a la intemperie, sin un techo seco donde resguardarse. “Hoy no he desayunado, no tengo cómo prender candela ni qué cocinar”, dijo con voz quebrada.
Aunque le fue asignado un subsidio para vivienda rural, hasta la fecha no ha iniciado su construcción. La ayuda que más necesita ahora es inmediata: un lugar digno para vivir y acceso a alimentos básicos.
Un vecino del pueblo organizó una recolecta de mercado para ayudarlo a mitigar el hambre, gesto que Dionisio agradece profundamente. Sin embargo, la necesidad de un refugio seguro donde pueda descansar y preparar su comida sigue siendo urgente.
La comunidad hace un llamado a las autoridades municipales, departamentales y a organizaciones humanitarias para que intervengan de forma pronta y efectiva en este caso que lamentablemente refleja, una vez mas, el olvido en el que viven muchos adultos mayores en en las zonas rurales del país.
