Inescrupulosos estarían regando llantas por toda la orilla de la vía Picón que comprende entre la «Y» de de Morichal y el barrio La Esmeralda.
El panomara es realmente trágico, centenares de llantas usadas de todo tipo vehículos se pueden visibilizar cual «caminito», muchas de estas llantas fueron inclusive lanzadas a caños, quebradas, y Morichales del sector, lo que ha generado evidentemente gran impacto a estas fuentes hídricas y por supuesto a toda la fauna y flora que conforman estos ecosistemas.
Expertos en el tema consideran esta situación como toda una tragedia, considerando que hasta 1.000 años puede degradarse y desaparecer de la naturaleza una llanta. Mientras tanto realizará todo un proceso de destruccion con lo que tenga contacto en la naturaleza. Lanzamos un S.O.S a toda la comunidad ambientalista, vecinos del sector, y a las autoridades competentes para que no permitamos que por cuenta de unos pocos ciudadanos irresponsables se extienda la estela de destrucción ambiental a este sector hermoso de la ciudad.
Por: Wilson Acosta