La «chichonera» de más de 45 minutos que se armó entre dos concejales por el protagonismo en el orden de radicación ante la Secretaría y la posterior votación en sesión plenaria, es una pequeña muestra de la «guerra sucia» que se vive entre algunos sectores del Concejo de Yopal, por cuenta de la exhibición de egos y los afanes de figuración pública de algunos concejales.
La pelea surgió porque un concejal le reclamaba a otro la prioridad de ser #1 en una proposición para invitar al Gerente de la ESE Salud Yopal, Edwin Barrera a una sesión informativa sobre la situación del sector salud en la ciudad y los resultados de su gestión en la entidad.
Aparte de este caso tan pueril y más de fondo, lo que se percibe en el tono de los constantes forcejeos y disputas entre las llamadas «mayorías» contra las «minorías» es una suerte de hostigamiento que reduce sus espacios de participación y coarta el derecho constitucional y político a la expresión igualitaria de ideas.
La situación exasperó de tal forma a REINALDO JOSÉ MEDINA ÁNGEL, de uno de los partidos minoritarios y en oposición, que en medio de la plenaria invitó a sus compañeros a deponer los ánimos y a pedir «concertación y trabajo en equipo» a sus compañeros de curul.
Las maniobras incluyen ocultamiento de información (como citas para participar en eventos o llevar la representación del Concejo a en actividades públicas) como ocurrió recientemente con una actividad citada para las 9 de la mañana y a la cual llegaron corporados a quienes se informó oportunamente, mientras que a algunos otros la «invitación» les llegó a las 5 de la tarde.
Los hechos de hostigamiento incluyen no solo el «raponeo» de proposiciones que se niegan y hunden cuando se exponen por parte de las minorías pero se les da «luz verde» cuando son las mayorías las que radican las propuestas.
El ambiente es tan tenso, que cuando algún funcionario de la Alcaldía trata de gestionar o apoyarse en algún concejal de las llamadas «minorías», recibe el acoso al punto que hay un clima generalizado de molestia hacia varios concejales que tratan de obligar a que se les cierre las puertas a dichas diligencias.
«Esto no le hace ningún bien a la ciudad: algunos de los corporados creen que los ‘5 minutos de gloria’ de una elección les va a durar toda la vida y no se dan cuenta de que la soberbia y la prepotencia con la que atropellan a algunos de sus colegas de curul, no le favorecen al clima de sano debate y actuación propositiva que deben primar en el Concejo del municipio», dijo un asiduo visitante a las sesiones del Concejo, quien pidió reserva del nombre para «evitar problemas»…
Quién sabe a lo que estaría haciendo referencia.