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¿ESTÁ «INTOXICADO» O «ENAMORADO»?: CÓMO DISTINGUIR EL AMOR DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL

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A propósito del Día de San Valentín, esta fecha es una invitación a reflexionar que en muchos momentos de la vida las relaciones románticas llevan a la dependencia emocional y a la pérdida de la libertad.

Este miércoles 14 de febrero se celebra el Día de San Valentín, en honor a un médico romano que, apostando todo por el amor, se convirtió en sacerdote, desafió al emperador Claudio y celebró matrimonios en secreto para jóvenes amantes, pues el imperio romano impedía a los soldados casarse por temor a que perdieran su fuerza.

El santo patrono de los enamorados fue apresado y decapitado en el año 271.

Claudia M. Gutiérrez, profesora del Pregrado en Psicología de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, indica que esta es una fecha para reflexionar sobre la forma como la afectividad complementa al ser humano, contribuye a su desarrollo personal y lo hace libre.

“Cabe la pena resaltar que, en muchos momentos de la vida, las relaciones románticas llevan a la dependencia emocional y a la pérdida de la libertad”, dijo la psicóloga clínica.

“Al hablar de relaciones románticas, algunos autores han propuesto varias fases o estadios. El profesor Benson Bradford Brown, experto relaciones entre pares adolescentes, propone un modelo contextual y del desarrollo para las relaciones románticas que contempla la necesidad de que los adolescentes necesitan aprender más de sí mismos como personas y desarrollar una auto imagen integrada, que incluya el ser una pareja como parte más amplia del ser”, señaló.

Para Claudia M. Gutiérrez, esto se puede observar por medio de las fases que tiene la identidad romántica:

La iniciación, en la que los pares o compañeros tienen una mayor influencia en determinar las normas para las relaciones románticas y el tiempo que se pasa con los miembros del sexo opuesto.

La fase de estatus, en la que los adolescentes valoran más aquellas relaciones que favorecen su posición social en el grupo.

La fase afectiva, en la que los adolescentes se abren más a la expresión afectiva de sus necesidades y están menos influidos por los valores del grupo.

El estadio comprometido, en el que los adolescentes o adultos jóvenes pueden seleccionar parejas que complementan sus personalidades, metas y estilos de relación.

Para la psicóloga clínica, estas fases desde la teoría del desarrollo social pueden verse reflejadas en algunos versos del libro El profeta, de Khalil Gibran:

“Amaos uno al otro, pero no hagáis del amor una traba.

Llenaos las copas el uno al otro, pero bebáis en una sola copa.

Compartid vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.

Bailad y cantad juntos y sed alegres; pero permitid que cada uno pueda estar solo,

al igual que las cuerdas del laúd están separadas y, no obstante, vibran con la misma armonía”.

¿Está en una relación tóxica o es enamoramiento?

Gutiérrez comparte algunos de los 23 ítems del cuestionario de dependencia afectiva de la Guía para la calificación del cuestionario de dependencia emocional, que construyeron y validaron con población colombiana las profesoras Mariantonia Lemos y Nora Helena Londoño, para que las personas reflexionen y dirijan sus acciones de manera que contribuyan a madurar sus relaciones afectivas, hacia lo que Brown llama el estadio comprometido y lo que el autor del profeta refleja en sus versos.

Para identificar si se está en una relación tóxica o es enamoramiento, es clave analizar en qué medida la relación afectiva podría describirse así:

– Me siento desamparado cuando estoy solo.

– Si mi pareja me propone un programa dejo todas las actividades que tenga para estar con ella.

– Si desconozco donde está mi pareja me siento intranquilo.

– Siento una fuerte sensación de vacío cuando estoy solo.

– Me divierto solo cuando estoy con mi pareja.

Explica la psicóloga clínica que las diferencias entre amor y dependencia son cuantitativas y se pueden diferenciar por medio de la distinción entre los verbos querer y necesitar.

En las mujeres se puede observar la dependencia como temor a la soledad y necesidad de expresión afectiva, y en los hombres como búsqueda de atención y que ambas manifestaciones comportamentales y emocionales están influidas por la cultura.

Finalmente, la profesora Gutiérrez invita a las personas a celebrar San Valentín como esas experiencias y afectos que “nos hacen crecer como personas y a vibrar como las cuerdas del laúd, con la armonía de la vida”.

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