Con el doloroso fallecimiento de MAYTÉ DORIANA DONCEL AGUILAR, prosiguió el viacrucis que enfrenta la familia de este angelito que sufrió un inesperado accidente mientras disfrutaba de un paseo en compañía de su familia, en las riberas del río Unete en Aguazul, hechos que ocurrieron el pasado fin de semana.
La niña, de apenas 5 años fue impactada por una enorme roca que se desprendió y cayó sobre ella, causándole varias fracturas en extremidades inferiores, la cadera, costillas y clavícula, y generando una grave hemorragia, por lo que fue remitida al Hospital HORO donde comenzó la lucha de su familia para lograr su remisión a un centro asistencial de mayor complejidad.
Luego de varios derechos de petición, una tutela y la presión a través de redes sociales y medios de comunicación, la niña fue finalmente admitida en una UCI pediátrica en un centro asistencial en Villavicencio, adonde fue admitida apenas el lunes luego de insistentes ruegos según relato de su progenitora, Giselle Aguilar.
«Mi niña sufrió cinco paros cardio-respiratorios, acá la tuvieron que entubar y la recluyeron en una UCI pediátrica…», dijo entre sollozos, mientras cuestionaba el manejo del caso que le dieron a su hija en el Horo y las demoras para la remisión por parte de CAPRESOCA.
Afirmó que incluso en Villavicencio le detectaron a la niña una fractura que estaba consignada en la historia clínica con la cual la remitieron y que sufría una grave hemorragia a la cual las enfermeras que inicialmente atendieron el caso le dijeron que era algo «normal» por la situación que vívía la niña.
A pesar de las desesperadas gestiones de los familiares y los esfuerzos de los galenos, la pequeña MAYTÉ DORIANA perdió la lucha por su vida y con sus frágiles alas partió hacia la eternidad dejando el recuerdo de un ser que apenas despuntaba a la vida, en medio de risas, juegos y alegría.
PAZ EN SU TUMBA