Una «efectiva» actuación policial que incluyó seguimiento, «captura», filtración de foto y una rápida notificación a medios nacionales (que incluso recibieron hasta un comunicado de prensa que no se envió al periodismo regional), y que al parecer ocultaría una evidente intención de daño a la campaña política de Marisela Duarte, se produjo la tarde anterior en Maní.
El hecho se materializó al regarse como pólvora la noticia de la «captura» de Pedro Álvarez, yerno del senador Alirio Barrera y estrecho colaborador de campaña de la candidata a la Gobernación de Casanare, Marisela Duarte, del partido Centro Democrático.
Según la Policía, el joven fue requerido debido a una denuncia ciudadana por la presencia de una persona con dinero «en actitud de compra de votos» por lo que activaron un seguimiento y condujeron al ciudadano a la estación de Policía, situación que de inmediato generó tremendo revuelo.
Según el reporte policial, que llegó a medios nacionales con foto incluida de Alvarez, esposado al interior de la estación de Policía, el joven fue capturado «cuando se desplazaba en una camioneta en la que llevaba una suma de dinero» que fue cuantificada en 35 millones de pesos.
El propósito del recurso, según los «denunciantes» y las autoridades, sería compra de votos.
Durante el procedimiento se determinó que los dineros correspondian a recursos destinados para cubrir diversos gastos de campaña que son usuales en todos los ejercicios electorales y que por lo general se pagan en efectivo (combustibles, servicios logísticos, alquiler de sedes para eventos), entre otras necesidades esenciales para la campaña.
Horas después, y luego de aclarar la procedencia y el destino de los dineros, Alvarez quedó en libertad.
No se informó si la Fiscalía abrió algún tipo de proceso en su contra.
Pesquisas posteriores, permitieron determinar lo bien «orquestado» que al parecer operó el plan pues hubo movilización de manifestantes (que se dice pertenecerian a otra campaña) que se apostaron en inmediaciones de la estación policial gritando arengas y elevando el tono de las acusaciones por la presunta «compra de votos».
La conducta policial que parecía más apuntar a una evidente intención de daño, es objeto de fuertes cuestionamientos. Sobre el tema, las autoridades aún no se pronuncian de manera oficial aparte del comunicado enviado a la prensa nacional.
