Un importante número de mujeres de diferentes edades participaron en el foro “Menstruación Sostenible”, actividad programada en el marco de la Semana Ambiental Boyacense, organizada por la SecretarÍa de Ambiente y Desarrollo Sostenible de dicho departamento.
Durante la jornada, las invitadas reflexionaron sobre el ciclo menstrual femenino y su impacto en el ambiente y la salud.
“Niñas y adultas con hilo y aguja, elaboramos toallas higiénicas reutilizables en tela, queremos llegar a las mujeres más vulnerables y las avanzar así en la eliminación de brechas sociales mientras cuidamos el ambiente”, dijo Diana Rodriguez, profesional de apoyo en esa sectorial.
La menstruación ha sido un tema invisibilizado durante muchos años, llegando a suponer una carga para la mujer a pesar de ser un proceso biológico.
Sin embargo, cada día hay más información y herramientas con las que hacer frente al tema.
Las toallas higiénicas y los tampones son las opciones más comunes para usar durante la menstruación, pero son precisamente las más irrespetuosas con la salud íntima femenina y el medio ambiente.
Bajo este precepto surgió el concepto de «menstruación sostenible» que aboga por usar productos de higiene femenina que tengan un menor impacto para el planeta y que sean 100% seguros para la salud.
La mayoría de los tampones y toallas desechables están compuestos principalmente por rayón, derivados del petróleo como el poliéster o el polipropileno, perfumes, y algunas marcas, incluso blanquean sus productos con cloro y dioxinas.
La página web.porunmundosinresiduos.com, señala que, si un ciclo menstrual dura cuatro días y presenta abundante flujo, son necesarios unos 18 tampones o toallas al mes, que equivalen a cerca de 234 tampones o toallas higiénicas al año.
Adicionalmente, si las mujeres tienen una media de 520 ciclos durante 40 años, en total utilizarán unos 9.360 tampones o toallas.
Todo esto sin mencionar los casos en que se utilizan métodos complementarios como tampón y toalla higiénica a la vez, como tampoco el envase exterior, el envoltorio interior y el aplicador.
¿Te imaginas cuántos residuos supone eso?