Doña Clarita García, como le dice todo aquel que tiene la dicha de topársela, sufrió un accidente el pasado sábado que le impide el movimiento total de su tobillo, sin embargo y aún con su férula sigue trabajando bajo el sol y el agua cuidando motos en zona céntrica de Yopal, quehacer que se convirtió en su diario vivir durante estos 5 últimos años.
Actualmente y aunque permanece sentada en su silla que combina perfectamente con su color de cabello y contrasta con la blancura de su piel, no puede dejar pasar unos cuantos minutos de pie corriendo una moto, cuidando pertenencias o simplemente sacando fuerzas en sus manos ya calludas para poder ganar las monedas que le permiten su sustento.
Tras el accidente está requiriendo unas muletas que le ayuden a mitigar el dolor y afectar menos su tobillo, pues, aunque un médico le indicó permanecer con su ferula por las próximas 5 semanas luego de tener fractura de hueso del metatarso «no puede darse el lujo de quedarse en casa», ya que el arriendo, los servicios y la comida no dan tregua.
«No me puedo estar quieta, me toca venirme coja a hacer mi trabajo… siempre he sido trabajadora, la he pasado vendiendo comida rápida, trabajando en restaurantes, en fincas… la gente a veces no valora, algunos salen con 50 pesos y otros le ponen problema a uno, lo tratan mal cuando se les dice sumerce vale 400 pesitos, y dicen que no es obligación, hay veces que solo se hacen 5000 pesos y eso muchas veces no alcance ni para el diario” expresó.
Por otra parte, comentó que hace unos años tuvo la añoranza de recibir un lote para tener su casa en la ciudadela la bendición, pero no fue posible luego de que, quien lo promovía terminará en prisión por urbanización ilegal y aunque pago varias cuotas al banco, el lote nunca lo tuvo.