Incómodos momentos de acoso, insinuaciones, contacto físico y hasta llamadas y mensajes, vivió una joven profesional durante el trámite de abordaje de una flota de transporte intermunicipal en un recorrido que hizo desde Yopal (Casanare) hasta Sogamoso (en Boyacá).
Según el relato de la joven mujer, el Martes Santo (12 de abril) programó la realización de la ruta en dicho recorrido y acudió al Terminal donde apenas se bajó del taxi la abordó un hombre que le suminisró el tiquete, el cual quedó fijado para salir a las 7:30 p.m. de ese día. “Eso fue hacia el medio día y pues a mí no me causó ninguna curiosidad, él se mostró muy amable y me pidió los datos respectivos me entregó mi tiquete y, pues, entonces, quedamos en que yo regresaba a la hora prevista para tomar mi bus”, cuenta la afectada.
Según ella, cuando regresó al terminal, ya sobre las 7:15 p.m., el sujeto se encontraba en la puerta del Terminal y apenas la reconoció al bajarse del taxi, se acercó y comenzó a ofrecerle la ayuda para “acomodarla” en el transporte.
Parecía que el sujeto estaba como pendiente porque por supuesto sabía a qué hora iba yo a llegar…
“Pues, yo sí lo noté como ‘excesivamente’ amable, me llevó la maleta y demás, pero hasta ahí todo normal… empezó a decirme que cada cuánto viajaba… y hacerme una charla mientras subía mi maleta al porta-equipaje del vehículo”, dice la joven que a esa altura ya se había puesto algo incómoda y trataba de cortar la charla con el sujeto.
Rápidamente la insistencia del sujeto cambió de sentido… “De pronto comenzó a decirme cosas que yo le parecía muy bonita, que debíamos hablar y encontrarnos, a pedirme el teléfono y que nos viéramos… yo por supuesto le dije que no…me subí al bus y él me siguió y de repente se me sentó al lado y ya la situación fue de más insistencia”, dijo.
El individuo insistía por el número del celular y seguía insistiendo en que se vieran y tuvieran algún contacto pese a la insistente negativa de la mujer. El hecho es que repentinamente el individuo la tomó de las manos, trató de besarla y de tener con ella algún contacto físico, llegando incluso a besarle las manos pese a la oposición de ella.
“Yo no encontré cómo pedir ayuda… el sujeto permaneció en el bus hasta cuando arrancó, yo no sabía cómo reaccionar, yo quería gritar o actuar de alguna manera, pero no pude, quedé como en shock”, dijo.
Agregó que de repente comenzó a recibir mensajes y llamadas en su celular, provenientes del sujeto, momento en que se percató que cuando el individuo le vendió el tiquete pues pidió sus datos, situación que le genera incertidumbre por lo que pueda ocurrir más adelante.
En torno al tema muchos interrogantes quedan en el ambiente, uno de ellos: qué idoneidad profesional tienen aquellas personas que venden tiquetes a nombre de empresas en el Terminal de Yopal…?, son personal supervisado o vigilado por estas compañías de transporte…?
Con qué nivel de confidencialidad se maneja la informacion de compradores y usuarios de viajes en el Terminal de Transportes y qué mecanismos de protección tienen personas que enfrentan situaciones como la que denunció la mujer afectada…?