Tres inmuebles y seis locales comerciales (entre ellos los establecimientos nocturnos utilizados para actividades de trabajo sexual ilegal) fueron ocupados por la Fiscalía en desarrollo del proceso de extinción de dominio a los bienes de una banda de traficantes de mujeres, desvertebrada por las autoridades en diciembre de 2020.
El procedimiento se llevó a cabo en las últimas horas en varios barrios de Yopal, adonde la red de trata de personas traía mujeres extranjeras (adultas y menores de edad) que reclutaba en los pasos fronterizos y bajo engaños o coacción las forzaban a ejercer el trabajo sexual.
La banda, bajo la coordinación de Isabelina Fonseca Rosas, alias “Rosa”, y de la que hacían parte 10 personas más, entre ellos su hija y otros miembros de la familia, fue desarticulada a finales del año pasado, en una operación que permitió el rescate de 15 mujeres venezolanas (entre ellas cuatro menores de edad), y la captura de los 10 integrantes de la tenebrosa organización.
En su momento, los capturados, además de alias “Rosa”, fueron su hija: Isabelina; Jonathan David y Ángela Fonseca Rosas; Gloria Yasmín Leal Fonseca, Orlyanna Arianis Yanez Carreño, Marcos Antonio Lujano Chiquito, Franyerson Miguel Rodríguez, Julio Cesar Africano Jiménez y Dixon Orlando Otálvarez Soto.
En su momento, estos sujetos fueron imputados de los cargos de proxenetismo con menor de edad, trata de personas y concierto para delinquir agravado, los cuales no fueron aceptados.
En cuanto a los bienes ocupados, el procedimiento fue coordinado por la Dirección Especializada de Extinción del Derecho de Dominio de la Fiscalía que impuso medidas cautelares de suspensión del poder dispositivo, embargo y secuestro sobre los tres inmuebles y los seis establecimientos de comercio.
Dichos bienes que fueron utilizados o adquiridos por esta red criminal y su valor supera los $300 millones, fueron ocupados en diligencias realizadas de manera articulada por la Fiscalía y la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional (DIPRO).
Según las investigaciones, dichas propiedades harían parte del patrimonio de Isabelina Fonseca Rosas, alias Rosas, presunta cabecilla de la banda, quien junto a sus hijos y otros conocidos, supuestamente, reclutaba jóvenes y menores de edad en los pasos fronterizos con Venezuela, las convencían de aceptar trabajos como meseras en Yopal y, posteriormente, las obligaban a ejercer actividades de tipo sexual en medio de posibles amenazas y chantajes.